Hamburger SV, entre el descenso y la esperanza
El Dinosaurio de la Bundesliga teme el día que el famoso reloj, del ahora Volksparkstadion, se pare, se detenga después de 53 años en la máxima categoría del fútbol germano.
Esta sensación de tragedia rodea la ciudad de Hamburgo desde los primeros partidos de la temporada, y de manera justificada. Baile de entrenadores año tras año, gasto de capital en fichajes que después no rinden, falta de compromiso en los jugadores… Son muchas las razones del cansancio y del miedo que tiene la ciudad.
Como dijo el grandísimo Uwe Seeler, leyenda viva del Hamburger SV: “el descenso no sólo sería malo para el equipo, sino también para la ciudad. Es el caso de históricos como el 1860 München, Kaiserslautern o Düsseldorf, que hace varias temporadas que no pelean por el ascenso.”
Si analizamos en profundidad, esta crisis en la ciudad del norte de Alemania no es algo que venga de ahora, el histórico HSV, ganador de una Liga de Campeones, lleva sin oír el himno de la Champions League desde el 2006 y, sin disputar un trofeo internacional desde 2009, en aquél entonces la UEFA Europa League. Con la llegada de la primera década del siglo XXI, se produce el hundimiento del Dinosaurio alemán.
Si hacemos una cronología más precisa, los Rothosen queda séptimo en 2010, octavo en 2011 y ya en 2012 por los pelos no juega la promoción. En 2014 juega este fatídico encuentro y consigue salvar el “punto de partido”, del que podrá sobrevivir de nuevo, al año siguiente, con un golazo in extremis de Marcelo Díaz, junto al de la final de la Champions de 1983, el más celebrado en la ciudad hanseática.
Y esta temporada, por desgracia, todos los pronósticos apuntan hacia ahí, siendo el partido de promoción la solución más factible ya que no significaría el descenso inmediato.
Ya con la mitad más un juego de la temporada sellados como derrotas, en total diez, ni una victoria contra el Bayer Leverkusen puede quitarle la angustia a una afición golpeada por años de vaivenes.
Y es que, a falta de 14 jornadas para el final del campeonato, con 42 puntos aún en juego suena muy arriesgado decir quien acaba en qué posición, siendo esto quizás el último peldaño de esperanza del que se aferran los dirigidos por Markus Gisdol.
Además hay razones para ser optimista, porque ya sabe lo que es jugar partidos de promoción y remontarlos en el minuto 115. Porque ni directiva, ni cuerpo técnico, o inclusoi la propia plantilla querrán pasar a la historia del club como aquellos que protagonizaron el primer descenso del Dino. Mucho ayuda que, por primera vez en varias ventajas de fichajes, los refuerzos rinden acordemente.
Los centrales Kyriakos Papadopoulos y Mergin Mavraj, así como el prometedor mediocampista del Gremio brasileño, Walace, llegan a un equipo que aspira a volver a escuchar el himno más prestigioso de Europa, pero que por ahora se conforma por seguir oyendo el de la 1. Bundesliga.
Juleo
Hay que rescatar a Nicolai Müller, pues es un jugador que pese a todo ha hecho buenos papeles.
carlos
El HSV es historia viva de la Bundesliga,espero que nunca baje,ya que perderia mucho el futbol aleman sin ellos.Aun recuerdo la semifinal de la copa de europa que le gano a la Real Sociedad y que supuso el paso a la final que gano.Quien no recuerda al gran Magath o al tambien gran Kaltz o al tanque Hrubesch o al mulato Hartwig(en aquella epoca era una rareza un mulato aleman).Lo dicho,pura leyenda alemana este equipo