
Crónica de un despido anunciado
Pareciera haber una especie de protocolo en el fútbol alemán con el cual se despide a los técnicos. Thorsten Fink está envuelto en el medio de este proceso de momento, por lo cual usaremos su caso para explicar un poco mejor cómo funciona dicho trámite.
Benditos resultados
El primer paso, y el lógico, es que el técnico venga viviendo una mala racha de resultados, la cual está resultando en una ubicación preocupante para el equipo en cuestión. HSV no sólo es que está jugando por no descender, sino que de momento -y aunque tres fechas sea algo pronto- está de penúltimo en la tabla y eliminado de la DFB Pokal. La presión es mayor, ya que se ha aceptado endeudarse para poder lograr la llegada de Rafael van der Vaart, así como las inversiones en los salarios de jugadores como Badelj y Jiracek, los refuerzos del mediocampo que tanto le urgían al tildado «Dinosaurio de la Bundesliga», por ser el único equipo en jugar todas las temporadas en primera.
En el caso particular de Fink, poco ayudó que ha vivido fuertes roces con la plantilla de jugadores. El más reciente choque fue con el defensor Rajkovic, quien tras golpear a un compañero de equipo, fue apartado de la concentración del HSV y botado del equipo.
El ruido de la prensa
Los medios comienzan a hablar de forma bastante crítica del entrenador; que sus métodos no dan resultados, que el equipo no cuaja, e incluso hay reportes sobre sus antiguos días como jugador, en los que suele hacerse énfasis en los momentos más oscuros. En pleno pleito con Rajkovic, corrió una foto galería de los pleitos más sonoros en los clubes de la Bundesliga, siendo el plato principal un choque entre Fink y un Kouffour en el Bayern hace ya una década. De más está decir que ello no sentó bien con el técnico de los hanseáticos.
El espaldarazo «salvador»
El presidente del club o de la junta directiva del club, dependiendo del caso, sale y da el apoyo incondicional a su técnico. Ello parece a priori un gesto bonito de solidaridad y fe, y lo es; solo que también trae consigo una carga importante. Es una especie de «pongo mi nombre en la línea por tí, mas vale que nos traigas los tan esperados resultados». Este mismo apoyo que ha recibido Thorsten Fink, lo recibió en su momento Michael Oenning (HSV), así como Felix Magath (Schalke), Louis van Gaal (Bayern München), por nombrar algunos casos del pasado reciente de la Bundesliga.
El director deportivo pierde paciencia
Asumiendo que siguen sin llegar los resultados, ya empieza la molestia en los rangos medios del equipo. Son los gerentes deportivos quienes comienzan a darle más presión al DT, quien de por sí ya sufre bastante de ello. «De acá al 16 de diciembre (fecha de final de la primera mitad de la temporada) hay 14 partidos en los que tendremos que medirnos y evaluarnos -ello también aplica a Thorsten», dijo Frank Arnesen, director deportivo del Hamburger SV. «Hay que darle tiempo al técnico para trabajar con el plantel. Una evaluación será hecha en diciembre», añadiría. Pese al sutil apoyo que brinda Arnesen a Fink, queda claro que el ultimatum existe: a más tardar, el 16 de diciembre perderá su cargo, siempre y cuando no enderece la complicada situación del HSV.
Habló el capitán
Aún no hemos llegado a este punto, pero es el paso siguiente en esta cadena de eventos que llevan al final de la relación entrenador-club. El capitán de los jugadores sale a expresar su apoyo al técnico, que el equipo está con él y que la responsabilidad es de todos. Sin embargo, ello revela que ya los mismos jugadores están preocupados por la situación. Dan de su parte por resolver los asuntos, pero no hay resultados para reflejar sus esfuerzos. La frustración escala en ellos.
La afición pide sangre
Como es más sencillo botar al técnico que a 26 jugadores, la responsabilidad suele pagarla el mandamás del camerino. Ya son los clubes de fans y socios de los equipos quienes se expresan en contra del técnico, quien es quien lleva toda la culpa ante los ojos de los más fieles. De allí en adelante, solo queda la formalidad.
Lo inevitable
El equipo le da el auf Wiedersehen al técnico, y hasta ahí llegó su aventura por su equipo de turno. El ciclo comienza desde cero nuevamente con el arrivo del nuevo técnico, y se repite constantemente en los equipos en lucha por resultados o atravesando dificultades.
Actualmente, Thorsten Fink, Markus Babbel, y en menor medida Bruno Labbadia están atravesando sus propias crisis internas. Ya en Hoffenheim, Babbel cedió a su cargo doble de director técnico y director deportivo, abriéndole las puertas a Andreas Müller (campeón de la UEFA Cup en 1997) para acompañarlo y asumir algunas de sus responsabilidades.
Lo cierto es que la vida del entrenador, la cual muchos creen erróneamente que es sencilla, es bastante frustrante. Añadido a la constante que sin resultados no hay estabilidad laboral, está el escarnio público al que se somete el aparentemente chivo expiatorio de todas las crisis en practicamente todas partes del mundo; no solo la Bundesliga. Si bien es cierto que hay veces que un cambio de técnico es menester, no siempre es el caso.
Refiriéndonos particularmente al caso del Hamburger SV, hay que recordar que el equipo vivió una limpieza de plantilla que ha durado ya dos años, y en los que han llegado jugadores elegidos por Arnesen, no Fink como asumiría la mayoría. Si bien es cierto que la terquedad y el temperamento del ex Bayern son un obstáculo para superar los problemas, no son argumentos para negar que este técnico cuenta con el conocimiento para hacer de un equipo, una verdadera potencia. Fue él -con ayuda de su asistente Vogel- quien llegó al FC Basel a ser un equipo prolífico e indetenible en Suiza, incluso alcanzando el clímax de eliminar al Manchester United de la Champions League. Fue él quien llegó a mal que bien salvar a un HSV que estaba camino al descenso con un Michael Oenning en el banquillo que no supo organizar el grupo de jugadores de dudosa calidad que Frank Arnesen le compró.
Si bien ya Fink estaba ido para cuando aquella épica proeza para tan chico club alpino ocurrió, fue su incesante trabajo en el banquillo, ojeando talentos -entre los cuales están Granit Xhaka y Xherdan Shaqiri, quienes le dieron al FC Basel títulos y más de 22 millones de euros al ser vendidos- y entrenándolos para ser los actuales líderes de la selección de Suiza. Quizás, al final de todo, se trate más de un asunto de estar mal acompañado y mal aconsejado, que de estar haciendo un mal trabajo.
Miguel Ángel Daza
Me parece totalmente injusta la destitución de Fink cuando esta visto que el principal responsable de la situación se debe a la ineptitud de Arnessen para configurar un proyecto. Pero como siempre la cuerda se rompe por el lado mas debil, el tecnico alemán dejo el año pasado al Basilea cuando alli estaba bien considerado y estaba haciendo un buen trabajo, para ayudar al Hamburgo y menos de un año después mira como le pagan.
mrgelk
Inteligentísimo análisis. Siendo así, salvo que empiecen a mejorar los resultados de inmediato ya sabemos lo que se viene, no creo que haya mucha más paciencia, independientemente de que sea o no injusto. Lamentablemente siempre es así, lo más fácil siempre será salir del DT sea o no lo más acertado.
josvar
pero ya lo despidieron? creo q si lo hicieron es injusto es un muy buen tecnico y creo q la paltilla q tiene no lo ayuda
mistermoezig
No, Josvar, Fink aún no ha sido destituído. Esto lo escribo pensando más en una especie de tendencia que hay en Alemania por hacer un despido paulatino, pero usando a Fink como un caso ejemplo. Tiene un ultimatum, pero no pasa de ello de momento. Saludos y gracias por el comentario!
Gorkathletic
no deben echarle, todos sabemos que la culpa no es suya, al menos gran parte no, al igual que todos sabemos que si echan a alguien a la calle será él.
como dices, esta mal acompañado, no esta haciando un mal trabajo.
al margen de todo esto, el HSV debe mejorar bastante, creo que pocos queremos que descienda un historico