Escándalos de corrupción en el fútbol: ¿Alguien se salva?
Ningún evento deportivo es más popular que la Copa del Mundo. Casi la mitad de la humanidad –más de 3.200 millones de personas– sintonizaron la competencia de un mes de duración en Brasil en 2014.
Mucho antes de que las naciones compitan en el campo, luchan por el prestigio de organizar el torneo que genera miles de millones de dólares en televisión y derechos de patrocinio. Esa competencia puede significar problemas. Los escándalos de evasión de corrupción han perseguido a los torneos previos, así como al evento de este año en Rusia y especialmente al Mundial de 2022 en Catar, lo que nos deja preguntándonos: ¿la corrupción está manchando el juego bonito?
Los Mundiales: los casos más evidentes
En la víspera de la Copa del Mundo en Rusia, EE. UU., Canadá y México fueron elegidos para albergar la Copa del Mundo de 2026, superando a Marruecos en una votación de las naciones miembros de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA).
Los escándalos de sobornos llevó a la FIFA a utilizar un nuevo proceso de selección que arrebató la decisión a los dos docenas de ejecutivos que habían votado en secreto en torneos previos. El antiguo presidente, Sepp Blatter, había sido expulsado y seis de sus principales funcionarios se declararon culpables o fueron condenados por corrupción en Estados Unidos, y su vicepresidente fue arrestado por la policía española que investigaba delitos de corrupción.
Rusia y Catar: Política, dinero y poder
Aunque las ofertas de Rusia y Catar fueron exoneradas por una investigación de la FIFA, las investigaciones federales continúan en desarrollo. El sucesor de Blatter, Gianni Infantino, se ha comprometido a restaurar la reputación de la FIFA, pero el organismo gobernante podría estar sintiendo la presión: sus facturas legales están aumentando y en los dos años posteriores al escándalo no logró atraer a nuevos patrocinadores importantes en Europa o Estados Unidos. La FIFA aumentará los ingresos al expandir la Copa del Mundo a 48 equipos en 2026.
Un escándalo de corrupción estalló en 2015 cuando docenas de ejecutivos fueron arrestados en redadas policiales suizas en un lujoso hotel de Zurich y el Departamento de Justicia de los EE. UU. presentó múltiples cargos relacionados con denuncias de soborno que involucran cientos de millones de dólares.
La investigación estadounidense ha llevado a más de dos docenas de condenas, incluida la del fallecido estadounidense, Chuck Blazer, quien alegó que él y otros miembros del comité aceptaron sobornos para la selección de Sudáfrica como anfitrión de la Copa del Mundo en 2010.
Las disputas sobre dónde celebrar el evento han afligido la Copa del Mundo desde que comenzó en 1930. Desde entonces, FIFA ha experimentado con un sistema de rotación; ahora, tomará ofertas solo de aquellos continentes que no hayan organizado ninguno de los dos últimos torneos. La historia reciente muestra que hay pocos, o ningún beneficio financiero para celebrar la Copa del Mundo. Sudáfrica recuperó solo una décima parte de su inversión en estadios e infraestructura. Seis de los 12 estadios construidos para la Copa Mundial de Brasil 2014 son ahora objeto de investigaciones de corrupción.
Alemania no está libre de manchas
En el caso concreto de Alemania, de cara a los mundiales aún la imagen no está totalmente perjudicada, aunque tampoco está exenta de polémica. En 2015, la Fiscalía de Fráncfort acusaron al expresidente de la Federación Alemana de Fútbol (DFB) por un fraude fiscal relacionado con la adjudicación de la Copa del Mundo de 2006. Así como también a los directivos Wolfgang Niersbach y Horst R. Schmidt.
Pero más allá de lo económico, existe la sospecha de que incluso el hecho de la adjudicación del país germano como la sede de ese mundial pueda haber sucedido de una manera ilegítima o desleal.
Según reporta la Deutsche Welle, este escándalo se destapó debido a un pago que hizo a la FIFA el comité organizador del Mundial en Alemania en 2005 por un importa que rondaba los 6,7 millones de euros.
Un pago que la DFB declaró como una contribución para una gala del ente rector del fútbol. Pero ésta nunca se llevó a cabo y la federación la desgravó como un gasto de empresa. Aun así, quienes investigan el caso, consideran que esto fue más bien una devolución encubierta al antiguo jefe de Adidas, Robert Louis-Dreyfus a través de la FIFA.
Además, en 2002 se hizo una transferencia similar desde la cuenta de Franz Beckenbauer a una cuenta en Catar perteneciente a de una de las empresas de Mohamed Bin Hammam, quien fuera suspendido de por vida por la FIFA por cargos de corrupción. Lo que ocurrió con ese dinero todavía se desconoce.
Todos los puntos se unen gracias a que no mucho después Beckenbauer recibiera ese importe como préstamo del entonces presidente de Adidas, quien tres años después reclamó la devolución del dinero a la DFB y ésta transfirió en 2005 los 6,7 millones a Louis-Dreyfus a través de una cuenta de la FIFA.
Sobra decir que Alemania fue finalmente elegida sede del torneo por el comité ejecutivo de la FIFA, en una elección en la que se impuso 12-11 sobre Sudáfrica.
En estas elecciones fueron decisivos los apoyos europeos y asiáticos y sorprendió mucho la ausencia en la votación del neozelandés Charles Dempsey.
El escándalo provocó que varios dirigentes de fútbol alemán fueran apartados de la federación. La investigación está en manos de las autoridades alemanas y suizas.