Et tu, Mario Götze?
El niño-promesa vuelto enigma del fútbol alemán. De prodigio al punto de ser el «Messi germano», a nunca cuajar en el FC Bayern. Las cosas que se hablan de Mario Götze son tan variadas como las opciones que existen para uno de los jugadores aún más respetados dentro del juego.
Tres años después de su llegada a Säbener Strasse y el Allianz Arena, Mario Götze aún no ha conseguido suficiente espacio en el once titular del FC Bayern. Sin embargo, es inamovible en una convocatoria de su selección nacional, Alemania. Es una buena manera de contrastar el potencial del autor del gol que dio el tetracampeonato mundial a la Mannschaft, que ha sido irrelevante para su empleador.
Todos sabemos que Götze goza de una habilidad que pocos jugadores en Alemania y, por qué no, el mundo tienen a su disposición. Entrenado a máximo nivel en la cantera del Borussia Dortmund y convirtiéndose en una de las referencias en aquél BVB que ganó el bicampeonato de la Bundesliga bajo el mando de Jürgen Klopp, la atención que desató el todavía joven jugador fue tal, que el hoy día némesis de los aurinegros, el FC Bayern, pagó una cláusula de rescición que muchos consideraban absurda en el momento: 37 millones de euros; todo porque el potencial hacía parecer ínfimo el monto en comparación a lo que llegaría a valer. Un jugador de valor similar para el momento como lo es Thomas Müller, por poner un ejemplo para contrastar, hoy día está valorado en 75 millones de euros. A eso se apuntaba en las proyecciones.
Pero la historia fue otra, y Götze nunca despegó como lo hizo Müller. Nunca gozó del amor total que tiene Müller por parte de la afición, nunca tuvo la confianza absoluta de parte de su técnico, Pep Guardiola, como la tuvo Müller. Nunca tuvo el absoluto espaldarazo de la dirigencia como la tuvo Müller.
Y tras tres temporadas no encajando, Mario Götze sorprendió a la prensa, afición, dirigencia, el nuevo coach bávaro, e incluso colegas, al anunciar su intención de quedarse en la capital de la Baviera. Todo esto, pese a que Carlo Ancelotti prácticamente convocó una rueda de prensa solo para decir que con él podía no contar. Las declaraciones del jugador suponían ser un golpe en la mesa que demostraría temple, voluntad y lealtad al club, pero terminaron siendo causa de polémica, debate y duda. Tanto invirtió Götze en su plan, que hasta de agente cambió; algo que no suele hacerse salvo en casos de conflictos de interés entre él y el representado.
Tuvo que salir el mismísimo mandamás, Karl-Heinz Rummenigge, a decir que, a groso modo, Bayern München no tenía mayor intención de retenerlo, por mejor intencionadas que fueran las acciones del mediocampista ofensivo. Y en verdad, son declaraciones racionales. ¿Qué puede ofrecerle Götze al Bayern más que el ser un recambio de buen nivel? ¿Cómo tenerle fé a un jugador que en tres temporadas las ha visto difícil para ser titular?
Pero la historia, como cualquier otra tiene dos versiones, y gracias en parte a la poca acción vista esta temporada, Götze está considerablemente más fresco que sus colegas; cosa que viene mostrando en las preparaciones para la Euro2016. En un amistoso entre la Mannschaft y la sub20 alemana, y tras sufrir una ruptura de costillas, Götze anotó el primer gol de siete que la selección mayor anotó en un encuentro de cuatro períodos de 20 minutos.
Para su seleccionador, Joachim Löw, no pareciera haber mayor duda que convocar a Mario siempre es una buena idea, así sea como revulsivo; la experiencia del 2014 le da total razón a por qué debería tenerlo en cuenta.
Y aún pese a las declaraciones de Rummenigge y Ancelotti, un cambio de agente algo súbito y otra campaña más siendo relegado a la banca, Götze no parece tener otra cosa en mente que brillar, y brillar donde más se le note: en el campeón defensor de la Bundesliga, el FC Bayern, así como con el campeón defensor del mundo, Alemania.
Si bien su actualidad es de turbulencia, él y nosotros sabemos de qué clase de nivel es capaz de alcanzar una vez que coge vuelo. Esa confianza en sí mismo es reflejo de la madurez que tanta presión externa le ha obligado a adquirir al una vez niño de oro del Fussball. Es ganas de callar bocas y ganar títulos, de volver a ser el Messi alemán y de, por fin, sentar a algún compañero para ser titular, como solía serlo a sus 19 años de edad.
Solo falta traducir esa determinación en acción.
Abelardo
Confianza al chaval porque talento le sobra