¿Qué esperar de la Alemania mundialista?

Tras varias lesiones de peso, reajustes en los esquemas de la selección, y varios partidos para probar tácticas, la Alemania que veremos en el campo podría distar mucho de lo que el imaginativo colectivo pensaba.

Bajas forzosas

Mario Gómez, Lars Bender, Ilkay Gündogan y ahora, Marco Reus. Cuatro jugadores que seriamente coqueteaban con la titularidad de la selección serán bajas por culpa de lesiones recurrentes y golpes en el camino. Y vaya que son golpes de peso!

Gómez, quizás la figura más controversial. Amado u odiado por fanáticos del fútbol alemán, era el lógico punto en el esquema de Löw; a sabiendas que Miroslav Klose viene, también, de varias lesiones y que es un jugador que, incluso, ya habla de retirarse. Afortunadamente, Klose ha mostrado que aún tiene cómo resolver, tras haber roto el récord de máximo goleador en la historia de la selección alemana. En cuanto a Mario Gómez, si bien no ha sido el más prolífico con la selección, se suponía que este Mundial iba a ser para él reivindicarse.

Lars Bender sufrió una lesión recién comenzando la concentración mundialista, y quedó marginado. Ofrecía a Löw una variable que hacía complemento y llave con Philipp Lahm: ambos son capaces de jugar un papel de distribuidores y contención, así como de laterales derechos. Sin Bender, mover un poco a Lahm podría suponer un riesgo. De ello hablaremos más a fondo adelante.

Ilkay Gündogan viene mostrando molestias significativas en su espalda que llevaron a que perdiera  una parte importante de la temporada. Su baja priva a Alemania de uno de sus mejores armadores y a una de sus promesas más grandes. Aunada a la falta de forma de Schweinsteiger -quien sí podrá jugar pero sin tanta forma como se hubiese deseado-, los planes de Löw deberán obedecer mucho al rediseño del mediocampo creativo.

Marco Reus,  el jugador que mejor jugó esta temporada en la Bundesliga. Aportó goles y asistencias; robos de balón y dinámica de juego envidiable. Si bien la línea ofensiva de Alemania es la más poblada, jugadores como Reus suelen ser poco comunes, y una baja de alguien de su perfil siempre resiente a la selección. Que habrá alguien de calidad en su sitio no es algo siquiera discutible: lo habrá. Pero reemplazarlo, resulta difícil de creer. Su vértigo, mordida y pegada funcionaba como un enorme rasgo del fútbol de esta Alemania; que, aunada a algo similar por la otra banda que podría ofrecer Thomas Müller, harían de los teutones una fuerza difícil de controlar. El mundo se perderá a la mejor dupla de aleros desde el surgimiento de Robben-Ribéry.

Mayor, pero motivado y en forma

Miroslav Klose llega al Mundial con 36 años de edad. Algo cada vez más difícil de ver en selecciones de tan alto vuelo. El simple hecho que, pese a llegar tocado a la concentración, se considere una parte importante del sistema de juego, habla leguas del nivel que sigue mostrando el ariete germano. Claro, con la añadida de la edad viene la de la fragilidad física, la cual aqueja con frecuencia a Miro Klose. Pero ésta es compensada por un hambre de gol que podría llevar a Alemania a instancia mayores del torneo; y llevarlo a él a ser el máximo goleador en la historia de los Mundiales. Una proeza que, junto a su récord de máximo goleador de la historia de la selección alemana, lo haría una leyenda viviente.

 

Mustafi refleja las dudas de Löw

Parece curioso que quien ingrese a la nómina de la selección por Marco Reus sea un defensa central que había sido descartado días antes para la convocatoria del Mundial. Más raro aún que sea así habiendo también entre esos descartados un Kevin Volland, delantero de la selección sub-21 alemana. Es decir, ¿suplir a una ficha clave del fútbol ofensivo que predicas con un central? Algo raro pero lógico ocurre allí.

A sabiendas de las limitaciones defensivas que tiene la selección -Alemania es el único candidato real a ganar el Mundial que ha encajado al menos un gol por partido en promedio-, el mejor recurso que se tiene para aliviar un poco la preocupación es incluyendo más mano de obra al área. Concientes que el Nationalelf goza de un superávit de medios ofensivos -Schürrle, Podolski, Götze, Özil, Kroos, Müller, Draxler y Grosskreutz; ocho nombres para tres puestos-, se pueden dar el lujo de mover piezas por un lado u otro. Además, esto también le permite a Löw trabajar sobre un problema generado por otras bajas.

 

Un lateral en el ‘Doppelsechs’

Philipp Lahm, quizá mucho más que un mero capitán de la selección: el símbolo del futbolista justo, versátil, habilidoso e infaliblemente vertical que tanto gusta ver jugar; será quien pueda suplir la baja de Schweini-Gündogan. En los experimentos de Guardiola con el Bayern, la opción de jugar con un Lahm delante de la línea defensiva añadió a los bávaros dos cosas de suma importancia que pueden hacer la diferencia en los planes de Alemania: por un lado, le da un grado de alivio mental a la defensa al plantarle una primera gran barrera al ataque rival. Por el otro, explota la visión de juego que lo caracteriza y que desde la banda resulta difícil poner en efecto con tanta precisión.

Ahora, ¿si Lahm sube al mediocampo, que ocurre con la defensa? Seguramente, sufrirá en el esquema general del asunto. Al fin y al cabo, Alemania no es que goza de una gran cantidad de defensas de buen nivel.

 

Zaga trasera que se ajusta a los cambios

Más que un problema de la parte interna de la defensa, la verdadera preocupación yace en las bandas. Sin Lahm, ese ancla que había por la derecha parece desvanecida. Pareciera ser una realidad; más cuando se considera la cantidad de defensas laterales que está llevando Alemania al Mundial: 2.

Sin embargo, la solución está en el reciclaje de figuras: Jerôme Boateng terminó siendo el lateral izquierdo preferido por Löw en el Mundial 2010 y en la Euro 2012. Benedikt Höwedes es conocido por no sólo ser un central imponente en Schalke 04, sino por ser capaz de desbordar por la banda derecha de los Mineros en algunas ocasiones. Además, ya ha sido utilizado como lateral derecho en la misma selección.

Sumado a ellos, también está la posibilidad que permite Kevin Grosskreutz de apoyar desde la defensa. Lo ha hecho previamente en el Borussia Dortmund.

 

Sobre los que venían en recuperación

En este sentido, Löw tiene muy poco de qué preocuparse: Khedira llega ya en buena forma física y sin molestias de peso. Pudo ver minutos en la final de la Champions League, y se ha desempeñado a la altura de la concentración preparativa de Alemania.

Manuel Neuer está, en palabras del entrenador de porteros de Alemania, Andreas Köpke, en perfecto estado para jugar.

Bastian Schweinsteiger viene en franca mejoría, y su inclusión en la nómina de jugadores de la ronda de grupos parece ser un hecho.

Philipp Lahm ya está ansioso por comenzar. Su nivel de juego ha vuelto a un estado pre-lesión, y su motivación no se ha dejado ocultar.

Por último, Miroslav Klose llegará en forma para el primer partido de Alemania -ante Portugal-, buscando comenzar su caza por el récord histórico.

 

Un potencial XI inicial

Neuer; Höwedes, Mertesacker, Hummels, Boateng; Khedira, Lahm; Müller, Götze, Podolski; Klose