Thomas Müller, un delantero contra natura
Hablar de Thomas Müller es bastante complicado. Lo que se puede decir de él va en contra de la lógica. Una frase que lo describe muy bien es que es un gran atacante que tiene pocas cualidades de atacante.
No es rápido, tampoco es ágil o muy fuerte y no es común verlo quitarse jugadores rivales por su drible, sin embargo, tiene un posicionamiento –búsqueda y aprovechamiento de espacios- y olfato de gol que pocos futbolistas tienen. Esas dos particularidades son suficientes para maquillar las pocas características que tiene de un delantero común.
Carlo Ancelotti se está encontrando con un problema. En partidos cerrados, jugar con Müller de extremo es jugar con uno menos. De extremo derecho, a Müller sí que le pasa factura el hecho de que es un jugador que carece de velocidad y explosividad. Se le ve anulado totalmente, falto de ideas y superado. Los números hablan por sí solos; después de 11 jornadas, el alemán no ha anotado gol en la presente edición de la Bundesliga.
En la selección alemana, Joachim Löw también ha apostado varias veces por jugar con Müller de extremo. Generó muy poco peligro. Aportaba escaso juego ofensivo. Suena contradictorio decir que no puede rendir en esa posición; Müller jugó el Mundial 2010 y los últimos 3 partidos del Mundial 2014 de medio derecho/extremo. Esta vez, hizo sus dos mejores torneos internacionales. Bajo van Gaal y Heynckes, en el Bayern, el alemán también jugó varias pegado a la banda y rindió.
Entonces, ¿puede o no puede jugar Thomas Müller en esas posiciones? En teoría, sí. Müller puede llegar a brillar y a rendir en la banda [de medio derecho (4-2-3-1) o de extremo] pero solo si tiene mucha llegada y libertad hacia el centro, donde un lateral o carrilero releve la posición pegada a la banda de Müller. El problema radica cuando se le pone de extremo sin posibilidad de meterse al área, que es donde hace más daño.
¿Dónde debería jugar Müller?
Sus mejores actuaciones las ha firmado detrás del delantero centro (como enganche en un 4-2-3-1), incluso como 9. Por eso Müller es un jugador especial. Va en contra de lo común y de la lógica.

En los 112 partidos que Müller ha jugado como segundo punta en el Bayern Múnich, suma 50 goles y 32 asistencias. Foto: Alex Grimm/Bongarts/Getty Images.
Que Ancelotti coloque a Müller en una posición donde se le ve limitado tiene como consecuencia dos cosas muy graves: una es que está desperdiciando el talento y creatividad de uno de los jugadores más encantadores del club y otra es que está perdiendo un hombre en ataque, pues se generan pocas ocasiones con un jugador así en la banda.
Las opciones que tiene a su disposición Ancelotti pueden ser tres: seguir insistiendo en un 4-3-3, pero esta vez con dos extremos rápidos como Ribéry y Costa, quitando a Müller de la banda o poniéndolo de delantero centro. Que en un 4-2-3-1, Müller juegue detrás de Lewandowski. O, finalmente, que Ancelotti coloque a Müller y Lewandowski de delanteros en un 4-4-2 (como en los últimos minutos frente al BVB).
Los problemas del Bayern en ataque son evidentes. El mal momento del club bávaro, su poco gol y el desaprovechamiento de Müller y de la posición de extremo derecho son cuatro cosas que van de la mano. Si Ancelotti quiere aspirar a algo grande debe de empezar por quitar a Müller de extremo y darle más libertad en el centro y el área.
Imagen de portada: Foto: Alex Grimm/Bongarts/Getty Images.