Marko Marin y Lewis Holtby, o el sueño de la selección nacional

Lucir cuatro estrellas de Campeón del Mundo en un escudo nacional no es tarea sencilla. Alemania, segunda en este palmarés, sólo por detrás de la pentacampeona del mundo, Brasil, y empatada con Italia, ha ido cultivando durante décadas una cultura futbolística que ha ido, a su manera, siendo ejecutada generación tras generación.

El pasado verano en Brasil, se vio a una selección alemana imparable, que fulminaba con una calidad supina a cada uno de sus contrincantes hasta llegar a una final en la que, cuando todo parecía que se llegaría a los penaltis, llegaría el gol de Mario Götze, un tanto ya para la historia dentro de la nación teutona.

Sin embargo, detrás de aquella inigualable hazaña se encuentra un trabajo aún más categórico, acompañado, lógicamente, por una serie de jugadores que, de una forma u otra, no consiguieron hacerse un hueco entre los 23 seleccionados que acudieron a la magna cita llevada a cabo este verano en el país sudamericano.

Jugadores cuyas historias reflejan el peso que supone vestir la camiseta de «Die Nationalmannschaft». El sacrificio, en ocasiones infravalorado, que han tenido que realizar algunos de ellos para ser llamados por su selección nacional. Un sueño que, sin embargo, no siempre se ha podido cumplir.

El primer caso es un ejemplo vivo de los altibajos que puede sufrir un jugador, incluso estando aún en el trayecto de una juventud que, en el caso del futbolista, puede llegar a convertirse en ocasiones en un túnel sin salida. Marko Marin era en 2008 uno de los talentos más cotizados del fútbol europeo. Un joven nacido en la ex Yugoslavia, que cautivaba por aquel entonces a los aficionados del Borussia Mönchengladbach, en su segundo año en el primer equipo. Y apenas tenía 19 años.

Con 17 ya había hecho su debut en la 1.Bundesliga, cuando finalizaba la temporada 2006/07. Sin embargo, el dramático descenso del M’Gladbach al término de aquella temporada, abría las puertas al joven Marin al primer equipo, donde despuntaría en la segunda categoría del fútbol germano, hasta volver con «los potros» a la primera división.

Sin importar su juventud, Marko Marin no tardaría en convertirse en el jugador más desequilibrante del Gladbach en la temporada 2008/09. Foto: bild.de

Su debut con la selección llegaría en mayo de 2008 en el amistoso ante Bielorrusia. Entonces Joachim Löw ya comenzaba a confiar en el joven que un verano más tarde se marcharía por casi ocho millones y medio de euros al Werder Bremen. En el Weserstadion, el protagonismo del habilidoso mediapunta no variaría en las dos primeras temporadas, siendo incluso llamado por Löw para el Mundial de Sudáfrica de 2010.

Sin embargo, justamente en la cita mundialista llegaría la explosión definitiva de Mesut Özil, acompañada por el surgimiento de un joven Toni Kroos que comenzaba a ganarse minutos en el combinado alemán gracias a la confianza que en él depositaba Joachim Löw. A esto se sumó el magnífico Mundial de Thomas Müller, y el crecimiento que venía experimentando Lukas Podolski en el Köln tras su salida del Bayern München. Todos estos factores comenzaron a alterar las apariciones de un Marko Marin que apenas comenzaría a contar para el seleccionador germano.

Con su llegada al Chelsea en verano de 2012 comenzaría el peculiar calvario de un jugador que ha visto estancado su meteórico progreso, al igual que su protagonismo con la camiseta de la selección nacional. En tres temporadas ha pasado por dos cesiones, en el Sevilla y actualmente en la Fiorentina, sin haber conseguido ganarse la confianza de la exigente afición de Stamford Bridge.

A pesar de las expectativas creadas en años anteriores, y de la ilusión que generó su salida a Inglaterra, la trayectoria de Marin se ha visto frenada desde su llegada al Chelsea. Foto: Getty Images.

En la selección alemana, su última participación data del 17 de noviembre de 2010, cuando disputaría 60 minutos del amistoso ante Suecia. Desde entonces, y hasta hoy, Marko Marin se ha quedado en un reflejo parcial de lo que fue en su día, para una selección alemana, que en plena transición generacional, no pudo esperar a un talento en horas bajas.

El segundo ejemplo es prácticamente un símil de la historia de Marko Marin; esta vez protagonizada por un joven, también surgido en las categorías inferiores del Borussia Mönchengladbach, pero cuyo talento acabaría siendo explotado en el Schalke 04. Este es el caso de Lewis Holtby, otra de las principales promesas con las que contaba Alemania en 2010, y que finalmente, a pesar de su juventud, parece haberse quedado en un pobre reflejo de lo que prometía años atrás.

Coincidiendo aún más con el caso de Marin, el debut de Holtby con la selección germana llegaría el 17 de noviembre de 2010, ante Suecia. El mismo día que Marko Marin disputaría su último partido con la camiseta de Alemania. El día en que definitivamente comenzaba el desvanecimiento de una promesa, arrancaba el surgimiento de un astro fugaz dentro del fútbol alemán. El de un jugador con una trayectoria internacional aún más efímera que la del hoy jugador de la Fiorentina.

Con 14 años, Holtby aterrizaba en el Alemannia Aachen, donde transcurriría su formación, hasta su llegada en julio de 2009 al Schalke 04, a cambio de tres millones de euros. Para entonces, Holtby ya era el jugador más llamativo de aquel Alemannia Aachen, que veía en su número 18 a un talento por explotar. Tras una primera temporada de adaptación en el Veltins-Arena, con cesión de cuatro meses al VfL Bochum incluida, Holtby se marcharía nuevamente cedido en verano de 2010 al Mainz 05.

Aún en edad de juvenil, Lewis Holtby ya despuntaba en la 2.Bundesliga con la camiseta del Alemannia Aachen. Foto: Alliance Pictures.

Precisamente sería esa temporada como cedido en el Coface-Arena la que llamaría la atención de un Joachim Löw, que en plena búsqueda de nuevos talentos con los que perfeccionar a la selección, optaría por llamar a aquel mediapunta que había repartido diez asistencias en la Bundesliga con el Mainz, a sus 19 años. Así llegaría el debut ante Suecia, cuando la joven promesa ya había vuelto al Schalke, una vez terminada la cesión.

Sin embargo, sólo contaría para la Mannschaft nuevamente el 7 de junio de 2011, para disputar el encuentro clasificatorio para la Eurocopa de 2012, ante Azerbaiyán, donde Holtby apenas disputaría dos minutos del encuentro. Desde entonces, y hasta el 14 de noviembre de 2012, la carrera como internacional del jugador nacido en Erkelenz, sufriría un parón considerable, que acabaría por pasar factura dentro de su papel en el combinado de Löw.

Precisamente, el amistoso ante Holanda de noviembre de 2012 sería sólo el inicio del progresivo estancamiento de un Holtby, que en enero de 2013 se marcharía, al igual que Marin, a Inglaterra, a Londres, pero en este caso, al Tottenham Hotspur. En White Hart Lane, su rol ha sido más bien secundario, viéndose obligado a salir en hasta dos ocasiones cedido; primero hacia el Fulham, y actualmente, de vuelta a Alemania, esta vez hacia el Hamburger SV.

Al igual que Marin, Holtby vería con buenos ojos a Inglaterra, como país donde relanzar su carrera futbolística. Foto: Getty Images.

Con apenas tres encuentros disputados con la selección absoluta alemana, y catorce goles en veinte y cuatro partidos con la selección Sub-21, la progresión de Holtby; al igual que la de Marin, es sólo un ejemplo de lo caprichoso que puede ser el trayecto de un jugador, que a pesar de gozar de una madurez meteórica, finalmente se estrella contra una realidad que sólo le permite, por el momento, observar desde la distancia los logros de la selección nacional alemana.