Año de tragedia para el Darmstadt
El descenso del SV Darmstadt 98 era la crónica de una muerte anunciada. Tras un verano del 2016 en que una buena porción de la plantilla emigró, partían como el claro favorito para ocupar el sótano de la Bundesliga. En la jornada 32 su billete de regreso a la segunda división fue firmado luego de caer derrotado 1-0 frente al campeón Bayern Múnich.
Una racha de tres partidos ganados parecía ser un intento desesperado y lleno de orgullo por un grupo que quería dilatar su descenso lo más que se pudiese. Sin embargo, era solo cuestión de tiempo para que el trágico desenlace llegara.
Antes de empezar la temporada, dos de sus principales figuras salieron del equipo. Por un lado, Sandro Wagner, delantero garantía de gol para la causa liria, anotando 14 dianas en la temporada 2015/2016 y que ahora sigue marcando, pero defendiendo los colores del Hoffenheim. Otro, el central serbio Slobodan Rajkovic, quien luego de muy buenas actuaciones en Alemania fue fichado por el Palermo italiano.
Los efectos de estas partidas, además de las de Christian Mathenia (Hamburger SV) y Konstantin Rausch (1. FC Köln), se vieron a largo plazo, pues los respectivos reemplazos no pudieron hacer el trabajo. Luego de finalizar la jornada 32, Darmstadt no solo es el primer equipo en certificar su descenso, sino que adicionalmente es la divisa con menos goles anotados (26) y más goles encajados (59) durante el certamen. Con estos números, mantener la categoría era casi imposible.
Llueve sobre mojado
Las malas noticias parecen llegar juntas, y sumado a este drama deportivo hay un nuevo problema en el horizonte. Tal como lo habíamos comentado en MiBundesliga, el club está enfrentando un problema muy serio.
Su estadio, el Jonathan-Heimes-Stadion am Böllenfalltor, no cumple con las condiciones establecidas por la DFL, y de no resolver esta situación para el 31 de enero de 2018, el recinto perderá su licencia de participación, por lo cual, no podrá ser utilizado por el club.
Desde 2016 se estableció que las gradas de todos los estadios de la Bundesliga 1 y 2 deben ser techadas, y la mayor grada del Jonathan-Heimes no cumple con esta condición. Levantar un techo en el lugar no es sencillo, pues debido a que la grada está construida sobre ruinas de la Segunda Guerra Mundial, debe ser derrumbada y construida desde cero, siendo evidente que no estará listo a tiempo.
La DFL sugirió que se jueguen los partidos como local en Offenbach o en Frankfurt (ambas localidades a menos de 30 kilómetros de distancia), pero esta medida es totalmente inviable, lo cual podría condenar al club a pérdidas de dinero considerables que derivaría en la desaparición de la institución.
La gerencia liria apeló la sentencia de la liga, y el resultado de este proceso se obtendrá hasta una vez finalizada la temporada. Tanto el equipo como el gobierno local están dispuestos a colaborar para poder llegar a una solución que no sea sencillamente disolver el club.
Foto de portada: Stuart Franklin/Bongarts/Getty Images