El Chelsea destroza sin piedad al Schalke 04

Lamentable es el mejor calificativo para describir la imagen dada hoy por el Schalke 04 en el encuentro ante el Chelsea, correspondiente con la quinta jornada de la fase de grupos de la UEFA Champions League. El conjunto dirigido por Roberto Di Matteo, ex entrenador blue, cayó estrepitosamente por 0-5, en el encuentro celebrado en la noche de hoy en el Veltins-Arena.

El conjunto minero, que llegaba a esta jornada tras su sorprendente victoria el pasado sábado sobre el Wolfsburg por 3-2, ha visto hoy como el equipo de José Mourinho aplastaba, literalmente, la línea defensiva plantada por Di Matteo. Terry, Willian, Kirchhoff en propia puerta, Drogba y Ramires fueron los artífices de la goleada endosada hoy por los londinenses sobre el conjunto de Gelsenkirchen, que apenas mostró signos de reacción durante el encuentro.

Y es que, a los dos minutos de partido ya se ponía por delante en el marcador el equipo visitante, tras el gol de John Terry a la salida de un córner, marcando ante la pasividad en el marcaje de Höwedes y Korchhoff. Poco después la historia pudo cambiar. Con el 0-1, Choupo-Moting envió un balón al larguero. Lo que habría podido ser el partido si ese balón hubiera entrado es otra historia. Pero no entró. Y al Chelsea le salía todo.

A la media hora, Willian marcaba el segundo para el Chelsea. No sólo las cosas no le salían bien al Schalke de cara al gol, sino que atrás, la situación no cambiaba mucho. El disparo del brasileño, abajo al primer palo, sin demasiadas complicaciones, a priori, se convirtió en una pesadilla para Fährmann que falló y permitió que ese balón pasara por debajo de su cuerpo.

El Chelsea celebra el tanto de Willian, uno de los cinco con los que se impuso sobre el Schalke 04. Foto: Getty Images.

Pero aún quedaba lo peor antes de llegar al descanso. Justo un instante antes de la llegada del minuto 45, Jan Kirchhoff sepultaba la actuación defensiva de los mineros, marcando de cabeza en propia meta, a la salida de un tiro de esquina, y absolutamente sólo, sin presión de ningún rival. Así culminaban los primeros y catastróficos cuarenta y cinco minutos para un Schalke 04 que más allá de la llegada de Choupo-Moting, no se vio capaz de poner a prueba a Courtois.

Ya en la segunda mitad, mismos roles y mismos resultados. Mourinho, con el mando absoluto del encuentro, metió a Drogba y a Ramires, y estos respondieron con goles. El cuarto y el quinto respectivamente, ya con la zaga local totalmente quebrantada.

Con esta ya son quince las victorias del Chelsea esta temporada en partido oficial en todas las competiciones, en un total de diecinueve partidos. Aún no conoce la derrota. Sólo empates y victorias. Nada que ver con el Schalke 04, que tan sólo ha conseguido hasta la fecha seis victorias en todas las competiciones oficiales. Es decir, en un total de dieciocho partidos.

El balance entre ambos conjuntos deja ampliamente al Chelsea como vencedor, pero este encuentro es sólo un reflejo de lo que viene siendo hasta ahora la temporada del Schalke 04. Eliminado en la primera ronda de la DFB-Pokal, séptimo en la Bundesliga con tan sólo cinco victorias en doce jornadas, y ahora, tercero en su grupo de Champions, a falta de una jornada para decidirse los clasificados a la siguiente ronda.

Aún es pronto para criticar la labor de Di Matteo. Demasiado pronto, y es que ha tomado las riendas de un club hundido, al que él deberá rescatar si quiere triunfar en el Veltins-Arena. Hoy no fue la mejor noche para el Schalke. Volvió a dejar una pésima imagen en Europa, pero eso no eclipsa lo que, en definitiva, es el ambiente que se vive en el equipo. Un ambiente de cambio, con el que Di Matteo pretende devolver la mejor cara a este conjunto.

Pero tampoco se puede negar lo evidente. Al equipo le falta pólvora, le falta auto-exigencia, carácter competitivo, en definitiva, fuerza moral. Independientemente del rival de hoy, es una situación que viene dándose desde hace varios meses y, que si el equipo no remonta, podría dejar una temporada para el olvido en Gelsenkirchen.

Durante el partido, un ex del Schalke, Jermaine Jones, se «desahogó» en Twitter, culpando a Horst Heldt (Director General), de la «crisis en la que se encuentra el club». No es ninguna locura. Las cosas se pueden hacer mejor, y quizás no toda la responsabilidad deba recaer sobre Di Matteo o los jugadores. El fútbol es más que un partido, y una temporada es más que un resultado.