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Hamburger S.V: Cronología del desastre

Hamburger S.V: Cronología del desastre

Luego de varios años haciendo temporadas irregulares, Hamburger SV enfrenta la peor temporada en su historia y el latente peligro de perder la categoría. Sin un origen claro, y menos los culpables, Dinosaurios tienen sólo cinco fechas antes que su tiempo en Primera División acabe.

Imtech Arena. Foto: www.skyscrapercity.com

Imtech Arena. Foto: www.skyscrapercity.com

En 1887 nace uno de los equipos más antiguos de la Bundesliga y el tercero más popular del país, apodados “Los Dinosaurios” no en vano, desde la ciudad portuaria de Hamburgo el club de fútbol que lleva el mismo nombre ha sabido cosechar a pulso legado y títulos hasta convertirse en un histórico de la competición.

Fungen como estandartes seis Ligas, 8 subcampeonatos locales, 3 Pokal, 1 Recopa continental y una Copa de Europa, con esto le dieron sentido a los 52 años disputando la Bundesliga de manera ininterrumpida y al reloj que encuadra la tribuna noroeste del Imtech Arena, originalmente Volksparkstadion, marcando cada segundo de existencia en Primera División, segundos de gloria, de triunfos, de agonías, de futbolistas de la talla de Kevin Keegan, Felix Magath, Horst Hrubesch, Manfred Kaltz y el grande Uwe Seeler.

Los años dorados de los setenta y ochenta en los cuales quedaron plasmados en la historia del deporte, alcanzaron ápice en una de esas noches mágicas allá por 1983. Juventus de Turín el rival. Felix Magath, el Man of the Match. Hamburgo, el campeón de Europa. El Estadio Olímpico de Atenas observó cómo una plantilla con grandes jugadores, un conocedor y entusiasta del plano táctico como Ernst Happel y la ferocidad de no perder nuevamente el título como sucedió en 1980; alzaron la Copa y la llevaron a casa.

Pero desde esa noche hasta acá ha habido un largo tramo, el descenso se vuelve cada vez más real y la lucha de cada día es por permanecer y no por figurar. Ningún entrenador ha podido crear una “era” y una identidad. Nadie da la cara por el HSV. La génesis de la cronología del desastre es poco después de la temporada 2008/2009. En esta, Bruno Labbadia era el nuevo director técnico que al final de ella, sustituyó Moniz. El año anterior disputaron Europa League hasta semis y fueron quintos en la Liga. Al término de la temporada con Moniz llegaron hasta el mismo tramo en la continental y bajaron dos puestos en Bundesliga pero las figuras que ocuparon la plantilla viajaron a otros destinos.

El año siguiente los hanseáticos jugaron a nada en el plano europeo mientras la salida de jugadores seguía, dos técnicos más llegaron. En la 2011/2012 se comprobó la inestabilidad del equipo en la que consiguieron la décimo quinta posición y salvaron el pellejo por poco. Nuevamente un póker de entrenadores plantó sus ideologías.

Con Throsten Fink al mando durante una temporada completa, la calma volvió a reinar en el norte de Alemania logrando por poco un pase a un torneo multinacional y una mejoría en el desenvolvimiento en cancha. Llegó la 2013/2014 y nadie pensaba que las cosas podían empeorar más que en el pasado próximo. Los Dinosaurios jugaron por primera vez en su historia los playoffs para conservar su categoría, su historia, el único en estar todos los años desde la creación y la magia y estampa de su reloj. ¿La receta del fracaso? Fink, Van Marwijk, Mirko Slomka y Zinnbauer; uno tras otro en cortos períodos de tiempo. Y así como ya había sucedido antes, varios jugadores talentosos y decisivos abandonaron el barco que actualmente está a la deriva.

Muchos son los factores que intentan darle respuesta a la actualidad de este histórico, siendo el común y más razonable la inestabilidad en el banquillo, una mezcla de metodologías, estilos, personalidades y experiencias; es decir, no se rema en una sola dirección. Es un empezar de cero constante.  Desde el último título importante en 1987 (Pokal), han pasado 25 técnicos.

Otros acusan una mala administración en lo que lo económico –y la ambición– han superado la inteligencia y destreza gerencial sumiéndose en altos gastos para el manejo de la institución y poco ingreso. De igual forma se les atribuye malas y costosas incorporaciones. En esto entra el ámbito deportivo, el que más peso tiene, donde se culpa de desaprovechar talentos de la cantera, fichajes que no rinden, la falta de gol y las constantes lesiones que asedian al cuerpo técnico. La actualidad del club aleja a los prominentes talentos que pudiesen llegar y hace huir a los que ya están.

Los fichajes poco han surtido efecto –o no como se esperaba–, en los cuales se han desembolsillado sumas importantes en millones de euros. Las lesiones han mermado numéricamente a la plantilla  en repetidas ocasiones, imposibilitando un desarrollo táctico e individual completo. Es por esto que quizás no sea tan descabellado pero sí muy preocupante que el equipo arrastre más de 500 minutos sin anotar un gol u otras carencias como ningún tanto de cabeza en la temporada o el no haber remontado un solo partido.

Hoy por hoy luego de acumular 5 derrotas consecutivas son colistas con 25 puntos a cuatro unidades de dejar las posiciones comprometedoras. Los próximos rivales serán Mainz, Friburg, Stuttgart y Schalke, cada partido deberán afrontar como una final ya que citando a Gunter Netzer tiempo atrás, “si los jugadores no despiertan de una vez y son conscientes de su responsabilidad, acabarán en Segunda División”. Pero no sólo los once, un equipo de tales dimensiones necesita el profesionalismo y compromiso de directivos y cuerpo técnico para nuevamente salvarse por poco. Así como dentro de meses el estadio volverá a llamarse Volksparkstadion, su nombre histórico y que lo vio convertirse en un grande, así se espera que resurja el equipo, de vuelta a los orígenes.

Estudiante de Comunicación Social. Piloto de avión en la otra vida, futura periodista deportiva en esta. Twitter: @mariangel_ferre

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