Joshua Kimmich: «Prefiero el Bayern a la Premier League»

Pocas dudas caben de que Joshua Kimmich ha sido, quizás de los jugadores que más y mejor ha progresado en las últimas temporadas en el fútbol alemán. El internacional germano, cuya posición natural comienza a ser cada vez un mayor misterio, parece reunir todos los requisitos para instalarse en la élite a largo plazo. De momento, ya lo ha conseguido en el Bayern Múnich y en la selección de Joachim Löw, como ya demostró en la reciente Eurocopa de Francia.

Sus 21 primaveras no eclipsan la madurez de un jugador al que no le pesa la presión. En enero las lesiones habían consumido a la mitad de los defensores del Bayern. Tasci acababa de llegar cedido por el Spartak de Moscú sin convencer por su forma física. Y Pep no titubeó. En la vuelta tras el parón invernal, Kimmich salió de inicio de central, formando pareja con Badstuber ante el Hoffenheim. Su 1,76 de estatura no fue mayor problema, en cambio, su magnífica salida de balón le permitían conducir con solvencia y criterio desde la zaga. Una de acciones que tanto gustan al ya ex técnico del Bayern.

Desde entonces, y a pesar de algunos altibajos, la trayectoria del mediocentro -posición que ocupó en las categorías inferiores del Stuttgart y en el RB Leipzig- ha seguido en ascenso. «Me gusta jugar de mediocentro», responde en una entrevista publicada por el München Merkur. Hasta el pasado mes de diciembre, su carrera se había encarrilado hacia un perfil de recuperador en el centro del campo. Pero sus condiciones físicas, ayudadas por su impecable criterio a la hora de repartir balones por el campo han hecho de Kimmich el jugador polivalente que todo técnico desea en el fútbol actual.

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En el Bayern, muchos ven en Kimmich al sucesor de Philipp Lahm. En la selección, también. Löw optó por el jugador de Rottweil -pequeña ciudad del Estado de Baden-Württemberg de donde proviene la raza de los rottweilers- para el lateral derecho ante Irlanda del Norte. En un choque, a priori relativamente asequible, Kimmich acabaría siendo de los mejores del encuentro, ganándose el puesto que no dejaría de ocupar el resto del torneo.

Con Ancelotti ahora en el banquillo del conjunto bávaro, Kimmich debería optar a una férrea pelea por la titularidad. En verano hubo acercamientos desde Inglattera. El propio jugador lo admitía así al München Merkur: «Para mi, es mucho más importante jugar en el Bayern que en la Premier League». Desde suelo británico, los tabloides insistieron a lo largo de la Eurocopa en el interés de Guardiola de llevarse al jugador al Manchester City. Kimmich, con su habitual compostura sobre el césped, hacía oídos sordos, apuntando a su fecha de contrato con el conjunto bávaro, hasta 2020.

Kimmich (izq.) roba un balón al francés Dimitri Payet (der.) durante las semifinales de la pasada Eurocopa de Francia. Foto: Alex Livesey/Getty Images.

La llegada de Renato Sanches podría cerrarle las puertas del medio del campo, y en la banda derecha deberá competir nada menos que con el capitán de la plantilla y otro experimentado carrilero como es Rafinha. Sin embargo, insiste Kimmich, su deber es «mejorar y contribuir en todo lo que pueda». «Renato Sanches no es un extraterrestre para mí», asegura el ex del Leipzig. «No me doy por satisfecho con algunos partidos de liga o Champions. Quiero hacer todo lo que pueda», sentencia.

Un luchador que con 18 primaveras ya era titular en la 3.Liga con el RB Leipzig. Al año siguiente, y tras ascender a la segunda categoría del fútbol alemán, Kimmich permaneció como un inamovible en el medio del campo. Por entonces, Guardiola ya suspiraba por aquel chico que, gracias a su constante progresión, escalaba categoría tras categoría en la selección alemana.

La pasada temporada, su primera en la 1.Bundesliga, fue explosiva. Una combinación letal que elevó al jugador hasta lo más alto, aunque él sigue con los pies sobre el césped, trabajando para que las oportunidades sigan llegando. En Dortmund, cuando el Bayern empató a cero en marzo en el clásico del fútbol alemán, Pep no pudo contenerse en elogios ante el que, ese día, fue su jugador: “Es un súper, súper, súper, súper jugador. Quiero a este chico. Me gusta trabajar con jugadores que aprenden y que siempre quieren dar más. Él tiene ese deseo y esa pasión”.