«No se descarta la compra de votos»
Frankfurt ha sido este viernes el foco de atención de todas las miradas en Alemania, donde se celebró la rueda de prensa correspondiente al término de la investigación por parte del bufete de abogados Freshfields sobre la supuesta compra de votos de Alemania para celebrar la Copa del Mundo disputada en 2006. El escándalo, que ha envuelto a altos cargos de la FIFA, incluido su ex presidente Joseph Blatter, así como a diversas entidades del fútbol alemán o empresas como Adidas, fue destapado durante el verano de 2015 por el diario Der Spiegel. En octubre, solo días después de la suspensión de Blatter por parte de la FIFA, el dirigente suizo negó categóricamente la supuesta compra de votos en la candidatura alemana. Sin embargo, el ‘Informae Freschfields’ presentado en el día de hoy no coincide al 100% con las palabras del antiguo presidente del máximo organismo futbolístico.
El informe de 361 páginas en el que han trabajado 42 abogados, recoge todas las investigaciones basadas en un total de 1585 documentos físicos analizados, además de 128.000 correos electrónicos, 26 entrevistas, documentos y análisis de diversas fuentes, alrededor de la supuesta compra de votos y el pago de 6.7 millones de euros en 2005 al por entonces presidente de Adidas, Robert Louis-Dreyfus.
«Hemos trabajado durante cuatro meses y medio en una investigación de un carácter sumamente privado», comienza el Profesor Christian Duve, de la oficina en Frankfurt del bufete Freshfields. Sobre la mesa, tres preguntas fundamentales han despertado la atención de la investigación: ¿Qué ocurrió con los 6.7 millones de euros en 2005? ¿Hubo una compra de votos por parte de Alemania a miembros del Comité Ejecutivo de la FIFA? ¿Tenía conocimiento la DFB (Federación Alemana de Fútbol) de estas alteraciones?
¿6.7 millones para la compra de votos?
La respuesta del Profesor Duve es contundente: «los 6.7 millones de euros no estaban destinados a la FIFA, sino a Louis-Dreyfus». Según la declaración oficial de fondos para el torneo, dicha cantidad (10 millones de francos suizos) estaba en un principio destinada a la ceremonia de apertura de la Copa del Mundo de Alemania 2006. Tras la investigación, Freshfields afirma contar con una carta con fecha del 19 de abril de 2005 del vicepresidente ejecutivo del comité organizador de la Copa del Mundo 2006, Horst Schmidt, dirigida a Blatter en la que se afirma que dicho pago estaba destinado a ir directamente a una cuenta de Louis-Dreyfus. El motivo: el ex dirigente de Adidas había pagado dos años y medio antes dicha cantidad a la DFB para avalar las cifras necesarias para albergar la magna cita de 2006.
Sin embargo no fue así. Tras el pago de la DFB a la FIFA, el dinero sufrió un desvío por lo que no terminaría en dominio del ex dirigente de Adidas; sino en manos de una empresa qatarí, cuyo único accionista era Mohammed Bin Hammam, miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA, y uno de los votantes de Alemania para la sede del Mundial de 2006.

El Profesor Christian Duve explica el desvío de fondos que se realizó desde la organización del Mundial. Foto: Alliance Pictures.
Los 6.7 millones de euros que originariamente estaban destinados para la inauguración de la Copa del Mundo, acabaron en la partida presupuestaria de los Juegos Asiáticos de 2006, albergados en Doha, Qatar, país en el que residía por entonces Bin Hammam. ¿Qué relación guardaba el más alto ejecutivo del fútbol qatarí con la organización del Mundial de Alemania?
«Las causas son desconcertantes», afirma el Profesor Duve. «No podemos probar que ha habido una compra de votos, pero tampoco podemos descartar que se haya producido», sentencia. La figura de Bin Hammam, sancionado de por vida por la FIFA primero en 2011 y luego en 2012, es uno de los principales enigmas de la investigación, y una pieza clave en la alteración de votos que hubo en el continente asiático en torno a la candidatura alemana. Cabe recalcar que, en un principio, uno de los cuatro votantes asiáticos no había votado a Alemania. Sin embargo, en la votación final los cuatro representantes asiáticos sí votaron a la candidatura alemana, votos que sumados a los ocho provenientes de Europa, dieron la victoria final a Alemania por 12:11 sobre Sudáfrica, para la decisión de la sede de la Copa del Mundo de 2006.
Negocio ‘oscuro’ entre Jack Warner y Beckenbauer
Otro bloque de la investigación arroja notables alteraciones en torno a la concesión de hasta 1.000 entradas de Tipo A para la Copa del Mundo así como vuelos en primera clase para Jack Warner, por parte de Franz Beckenbauer, máximo dirigente del Comité de Candidatura de Alemania para el Mundial de 2006. Warner, sancionado de por vida por la FIFA en 2015, fue vicepresidente de la propia entidad, además de miembro del Comité Ejecutivo de la misma. El ex presidente de la CONCACAF «firmó una serie de acuerdos de colaboración con la delegación alemana», según señala el ‘Informe Freshfields’.

De izq. a der., posan Franz Beckenbauer, Joseph Blatter y Jack Warner, durante la inauguración de la Copa del Mundo de Alemania en 2006. Foto: Getty Images.
Según las investigaciones, Warner y Beckenbauer firmaron el 2 de julio del 2000 (cuatro días antes de la adjudicación del Mundial 2006 a Alemania) un acuerdo denominado por Beckenbauer como un «paquete de asistencia para el desarrollo con opción a venta de entradas», sentencia el Profesor Duve.
Papel de la DFB
Según el bufete Freshfields, una carpeta de actividades del año 2000 se desvió de la sede de la DFB en 2015, por lo que la investigación tiene un vacío considerable. Es por ello que las sospechas sobre el conocimiento de la Federación Alemana acerca de las irregularidades son cada vez mayores. Wolfgang Niersbach, presidente de la DFB hasta su dimisión el pasado mes de noviembre, podría ser clave en la parsimonia con la que el organismo germano afrontó la noticia que salía a la luz el pasado verano. Según el Profesor Duve, Niersbach tenía conocimiento de las irregularidades, mucho antes de la exclusiva lanzada por el diario Der Spiegel. Sin embargo, el ex directivo de la DFB negó rotundamente la supuesta compra de votos, en octubre del pasado año.
La investigación por tanto confirma no sólo que Niersbach mintió en su comparecencia ante la prensa –como había anunciado en su momento Theo Zwanziger, también ex Presidente de la DFB- sino que además la Federación dificultó el proceso de investigación de los hechos, encubriendo la posible compra de votos por parte de la candidatura alemana para el Mundial de 2006.