La Bundesliga y la Depresión
Tras el suicidio de Andreas Biermann, hacemos revisión de lo que ha ocurrido en el pasado en relación a la depresión, la presión y el manejo de estrés en el fútbol profesional alemán.
Babak Rafati y Robert Enke
Si tan solo se tratara de un hecho aislado, no habría la preocupación que hay en torno al fútbol alemán a nivel de autoridades, expertos, miembros de la comunidad futbolera y la sociedad civil. Babak Rafati, uno de los árbitros que dirige en primera división fue cabeza de los titulares en la prensa alemana; no por un gol que anuló, o una falta que no pitó, sino porque fue encontrado en su cuarto de hotel con una cortada en cada muñeca. Una imagen bastante cruenta, a decir verdad. El hecho llevó a que se suspendiera un partido de la Bundesliga, el 1.FC Köln vs. Mainz 05. Fue una cancelación de último minuto. Ya había gente dentro del estadio y se había anunciado por televisión la transmisión del partido.
Ciertamente, una decisión difícil, el sacar del cronograma y reescribir todo para acoger dicho juego; pero sin duda era algo que tenía que hacerse. Ahora, la Deutscher Fussball Liga (DFL), máxima autoridad de las dos primeras divisiones de la Bundesliga, ambos equipos y los servicios de transporte público buscan alcanzar un acuerdo para garantizarle a quienes hubieran asistido al partido que su dinero no se pierda y puedan acceder sin mayores complicaciones a la reposición del mismo.
El intento de Rafati de quitarse la vida automáticamente recordó a muchos del día más triste en los últimos años del fútbol alemán: el suicidio de Robert Enke. Si bien hubo muchas variables en la vida personal del ex guardameta del Hannover 96 (la delicada salud de su hija, principalmente), no puede negarse que la presión a la que estaba sometido desde muchos lados terminó llevando a un brillante jugador a un trágico desenlace. Se lanzó a los rieles de un tren que se aproximaba. En aquel entonces, era líder de un equipo que peleaba por no bajar a segunda, recién comenzaba su ciclo como portero titular en la selección nacional, al mismo momento que tanto el público como los medios comenzaron a referirse a él como la solución defensiva para una Alemania que podía sorprender al mundo en el Mundial 2010. Sin lugar a duda, la crecida en expectativas tan súbita jugó un papel fundamental en el quebranto de su salud mental.
Incluso hasta el día de hoy, muchos compañeros suyos en Hannover y en la selección tienen dificultades para hablar sobre lo que ocurrió. El guardameta e imagen de la asociación protectora de animales, PETA, caló fuertemente a donde iba. Inspiraba confianza y respeto en sus compañeros, quienes sentían tener una garantía a sus espaldas, usando guantes y deteniendo goles. Al funeral de Enke asistieron todos los nombres más importantes del fútbol local. Desde jugadores hasta autoridades de la DFB, DFL, Ministerio de Deporte, así como también técnicos, se dieron cita en tan triste momento. Por supuesto, su club de toda la vida y los seguidores del Hannover 96 rindieron tributo al hombre detrás del espíritu inquebrantable de un club que, pese a tener pocos recursos, siempre dio el todo para evitar verse en segunda. La calle que lleva hacia el AWD Arena se llama hoy por hoy Robert Enke Strasse. Aun entre los banderines y pancartas de los seguidores de los de Baja Sajonia figura el rostro de Robert.
Ralf Rangnick
Pocos recuerdan ya que Ralf Rangnick hace no mucho era el técnico del Schalke, y que dejó de serlo por asuntos personales, no malos resultados. Sintió que el estrés de la competencia se lo estaba comiendo vivo, y que era o su salud o seguir en el S04. Que la prensa y fanáticos hayan aplaudido su decisión deja claro el entendimiento que hay en Alemania sobre la gravedad de las enfermedades ocasionadas por estrés. Se estima que entre cinco y seis millones de alemanes sufren de depresión, o son propensos a sufrirla. Los suicidios cobran más vidas que accidentes de tránsito, homicidios, sobredosis e infecciones de HIV combinados. La depresión es la patología más común entre atletas profesionales, seguida por el narcisismo, lo que hace del rol de los psicólogos deportivos uno bastante importante. Enseñarle a un jugador a lidiar con la presión, el estrés y la constante atención que implica ser un futbolista profesional es vital para garantizar resultados positivos.
Hay que mantener en mente el más que predominante papel que juega el fútbol en la sociedad alemana. Esos 42.000 aficionados que en promedio llenan las tribunas juego a juego, fecha a fecha de la Bundesliga, no son ultras ni hooligans, ni personas ociosas sin mucho más que hacer. Seguro que los hay, pero son solo una fracción del todo. El colosal tamaño que ocupa el fútbol en la psique del germano es tal, que otras disciplinas se ven afectadas por la ausencia de jóvenes interesados en participar en otro deporte que no sea fútbol. Y muchas veces, los niños comienzan sus actividades deportivas en más de un deporte, siendo fútbol un fijo, típicamente.
Entonces, en un lugar donde el papel del fútbol es tan marcadamente superior al de otros eventos deportivos, se tiene que ver lo único del caso teutón. En muchas otras naciones el fútbol tiene rivalidades fuertes en popularidad, pese a ser el supremo en esa área. La misma cuna del fútbol es la cuna del rugby y el cricket; dos deportes que gozan de enorme popularidad en Inglaterra. En Brasil, donde solemos pensar que la realidad es netamente futbolística, hay una gran tradición en el voleibol y el basquetbol. Argentina, fútbol, basket, polo y rugby. México, fútbol y béisbol. En pocos lugares el fútbol está completamente solo en la punta.
Sebastian Deisler
Otro triste episodio fue el retiro adelantado de Sebastian Deisler, ex mediocampista del Bayern München. Tras una pelea de años con su depresión, el jugador decidió colgar los botines porque el subibaja de emociones que es el deporte profesional, simplemente estaba destruyendo el progreso que venía haciendo en sanar su mente. La continuidad de sus lesiones en una de sus rodillas generó fuerte frustración en el ex Hertha. Pero lo que en realidad acabó con su pasión por el fútbol fueron las secuelas del pacto secreto que él y Bayern hicieron cuando fichó para ellos. Al haber sido hecho público por un periódico local, las amenazas comenzaron a llegar. Una gran serie de “te vamos a matar” comenzaron a ocupar su mente.
Otros casos de depresión en el fútbol alemán
Si tan solo fuese un fenómeno reciente. Lamentablemente es la parte más oscura que hay en el deporte más bello del mundo. Alemania, particularmente, ha sufrido de casos de futbolistas depresivos a lo largo de su historia.
Está el caso de Guido Erhard, quien jugó para el Mainz, 1860 München, Offenbach y Wolfsburg, que se suicidó en el 2002. No necesariamente el jugador más reconocido de la historia del fútbol teutón, pero también atribuyó mucho de la presión del deporte a su crónico desgaste mental y emocional. El holandés Hans van de Haar, quien vistió el uniforme del Ulm en la única temporada en la que dicho club jugó en primera, fue aceptado en un hospital psiquiátrico en el año 2000.
Mucho más atrás, en 1966, dos jugadores de la selección alemana que alcanzó la final en Wembley también sufrían de problemas de depresión. Reinhard Libuda, ícono del Borussia Dortmund, siempre fue un hombre reservado y algo incómodo. Wolfgang Weber, quien marcaría la igualdad que obligaría a la prórroga en la final de ese Mundial, fue diagnosticado de depresión en los años 70, tras su retiro.
Incluso varios miembros de la emblemática selección de Sepp Herberger de 1954 sufrían de varios síntomas de depresión y bipolaridad.Ernst Justowiak, quien fue expulsado en el Mundial de 1958, y que algunos años después se iría del campo de juego en pleno partido de su club, el Fortuna Düsseldorf para más nunca volver. Werner Kohlmeyer era descrito como una persona bastante entretenida, pero solitaria (señal de bipolaridad). Werner murió a los 50 años de alcoholismo. Jupp Posipal comenzó a tratarse un caso de depresión algunos años tras ganar el Mundial. Y el caso que más por debajo ha pasado, pese a lo grave, es el caso de Ottmar Walter, hermano de Fritz Walter. Se cortó las muñecas en 1969 y afortunadamente, fue encontrado a tiempo.
Cada persona tuvo sus propias razones para hacer lo que hizo, pero en todos concuerda el factor de influencia ambiental. No es coincidencia que todos hayan sido personajes particularmente mediáticos. Los dos jugadores eran excelentes figuras de las que se exigía mucho. El técnico reemplazaba al siempre bajo el foco de atención Felix Magath, con un equipo en cuartos de final de la Champions, semis de la DFB Pokal y paradójicamente, luchando por salir del descenso. El árbitro había sido elegido tres veces como el peor árbitro de la Bundesliga.
Pese a ser miembros de una misma comunidad laboral como lo es el fútbol, que sean personas de oficios tan diferentes refleja que de la presión, no se salva nadie. Si bien habrá quienes argumenten que no puede ser algo del entorno porque muchísimos otros jugadores lidian con la misma situación u otras incluso más exigentes, pecan al no considerar tanto la vida privada de cada uno, así como el hecho que cada persona tiene reacciones diferentes. Hay quienes entran en pánico, hay quienes se aíslan, hay quienes afrontan los problemas cuando se presentan.
Afortunadamente, la vida de Babak Rafati no corre riesgo. Está vivo y su primera reacción hecha pública fue disculparse a su familia. Que ahora le sigan unos meses de rehabilitación y entendimiento para evitar volver a caer en depresión. Toda Alemania le da el espaldarazo de apoyo al árbitro, como debe ser.
Zagal212
Gran articulo aunque triste, sin duda que los deportistas de élite están en continua presión.
EduAdler85
Los mas dolorosos fueron el de Enke que a muchos afecto su decisión. La de Deisler que fue tremendo jugadorazo lastima que no tuvo la fortaleza mental para continuar, sus ausencias hizo que Alemania no lograra mas en instancias finales, que hubiera sido del mundial del 2002 y 2006 que por lesión no jugo el, o de la euro del 2008 o el mundial del 2010 que por su retirada no pudimos ver su gran forma de jugar.