Xabi Alonso y sus primeras claves tácticas
Xabi Alonso está de vuelta en el fútbol alemán. Su llegada al banquillo de Bayer Leverkusen generó muchísimo entusiasmo con vistas a revertir la mala dinámica que atraviesa en este comienzo de campaña. Sobre todo por lo que significa su figura, más allá de que afronta su primer gran reto como entrenador. Por eso, analizaremos cómo le fue en sus primeros tres partidos ¿Va por buen camino?
El perfil de Xabi Alonso
El campeón del mundo con España en 2010 desembarcó en Leverkusen con la mira enfocada en sacar al conjunto de las Aspirinas de la parte baja de la tabla y, sobre todo, recuperar el nivel mostrado en la temporada pasada. Es más, en sus primeras pruebas ya dejó un poco de su sello. Para ello, puntualizaremos en algunos aspectos tácticos distintivos de su estilo de juego.
En primer lugar, cabe recordar que su experiencia como técnico la tuvo en la Real Sociedad «B». Durante sus tres años en el cargo ha utilizado una gran variedad de esquemas. Si bien, el más habitual era un 4-2-3-1, lo cierto es que está abierto a modificar su dibujo en función de su plantel a disposición. De hecho, se amolda a las características de sus jugadores. En ese sentido, en algunas ocasiones se inclinó por un 4-4-2, 4-4-1-1 o, incluso, 4-4-2. Ahora bien, lo más significativo es que en Die Werkself marcó un cambio de paradigma: dejó de lado la línea de cuatro que plantaba Gerardo Seoane y decidió apostar por una de tres. Más concretamente se centró en un 3-4-2-1.
A propósito de ello, Xabi Alonso había adelantado en su presentación en cómo pretende que se caractericen sus equipos. Su idea es jugar a un fútbol moderno y ser dominantes, compactos y ganar cada duelo. Y que aplique la presión alta a la hora de forzar el error en la salida de sus oponentes.
“No queremos jugadores pasivos. Quiero actividad, intensidad con y sin balón. Hoy en día el juego se ha vuelto más sofisticado. El equipo debe saber lo que queremos y reconocer cómo seremos nosotros mismos».
Es decir, que busca ejercer el protagonismo, a través de la posesión del balón. Eso sí, siempre y cuando sea dinámico y utilice la intensidad como bandera en el momento de atacar. Así mismo, la línea de tres centrales es propicio a la hora de practicar la salida desde el fondo. Por consiguiente, aprovecha las cualidades técnicas de uno de ellos para atraer a los rivales y generar espacios a sus espaldas. En otras palabras, no es más que un estilo vertical. Típico de los conjuntos de la Bundesliga.
En cuanto a la propuesta ofensiva, apuesta al ataque con jugadores rápidos. En la siguiente imagen podemos denotar cómo los carrileros Jeremie Frimpong y Mitchell Bakker aparecen bien abiertos generando amplitud por las bandas. Mientras que los extremos Mousa Diaby y Callum Hudson-Odoi se encuentran más cerrados. De esa manera se insiste en abastecer a Patrik Schick.
Sin pelota se para en bloque en campo rival alternando fases de presión y repliegue. Una cuestión llamativa es la posición de la defensa. Bien adelantada para formar un equipo corto. De hecho, la intención radica en forzar las pérdidas lo más cerca posible del área contraria, con el fin de plantear duelos individuales.
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Un Leverkusen muy dependiente de sus figuras
No cabe ninguna duda de que la planificación de la temporada por parte de Bayer Leverkusen no estuvo a la altura de las circunstancias. La mala confección de la plantilla, la caída del nivel de varios futbolistas y la falta de un plan B son varios de los factores que depositaron la crisis del club aspirina. Algo no menor es que no pudo reemplazar a Florian Wirtz, una de sus piezas más fundamentales. A raíz de lo explicitado anteriormente, no quedó más opción que aferrarse a las actuaciones individuales.
Un claro ejemplo lo encontramos en la última línea. Con una dupla central Jonathan Tah-Edmond Tapsoba que no da abasto y un Lukas Hradecky muy expuesto a cometer errores, Piero Hincapié se erigió como lo más rescatable del bloque defensivo. El ecuatoriano se convirtió en el principal sostén, pese a que se vio consumido por su impotencia. A tal punto que ya recibió la tarjeta roja en dos oportunidades. No obstante, hay que decir que apenas jugó en su posición natural. De hecho, de sus nueve partidos disputados solo en tres estuvo en la zaga. En el resto funcionó como parche en el lateral izquierdo ante las ventajas que otorgaba Bakker.
Al mismo tiempo, Jeremie Frimpong se convirtió en una de las principales vías de ataque. Más allá de ser un lateral/carrilero demuestra más peso a la hora de proyectarse en campo rival. Sus incursiones por el andarivel derecho, ya sea para llegar a la línea de fondo o a posición de gol, son claramente determinantes. No es casualidad que transite por su temporada más goleadora. Curiosamente, es el máximo anotador del equipo con cuatro goles. Un dato que refleja su importancia dentro del esquema. Además, Mousa Diaby es uno de los más desequilibrantes. Pese a su intermitencia, es un jugador distinto. De los pocos que son capaces de generar ocasiones, a través de su velocidad, gambetas y un buen uno contra uno.
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Un comienzo con más dudas que certezas
Xabi Alonso completó un debut exitoso con una goleada por 4:0 ante FC Schalke 04. Sin embargo, su efecto se diluyó rápidamente. Queda claro que este partido no funcionó como parámetro. Más allá de mostrar señales de mejoría, no debemos obviar que se enfrentó a uno de los peores equipos del fútbol alemán. Ahora bien, cuando se midió con rivales de mayor entidad, los fantasmas volvieron a hacerse presentes.
La derrota frente a Porto por Champions League fue un aviso. A pesar de dejar buenas sensaciones, le propinaron un 0:3 por sus propias impericias. Amine Adli y Odilon Kossounou cometieron penales evitables. Así mismo, hay que sumar la falta de puntería y, por supuesto, Kerem Demirbay no estuvo acertado desde los 12 pasos. Y, como si fuera poco, en el duelo del fin de semana pasado contra Eintracht Frankfurt, retrocedió varios escalones. Fue un baño de realidad. La defensa arrastró los mismos errores, concedió una enormidad de espacios a sus espaldas y, ante cada golpe recibido, no hubo capacidad de respuesta. Las Águilas lo superaron ampliamente y el 5:1 le quedó pintado al electrónico. Ya son ocho goles en contra en sus primeros tres juegos.
De este modo, Leverkusen se encuentra en puestos de promoción. Apenas cosecha ocho puntos y es el tercer equipo más goleado del torneo con 21, por detrás de Schalke (24) y Bochum (27). En definitiva, Xabi Alonso tendrá mucho trabajo por delante de cara a recuperar a una plantilla afectada anímicamente. Tiene jugadores con calidad y, de sobra, para revertir la situación. ¿Lo logrará?