DFB toma medidas y demanda a Beckenbauer
La Federación Alemana de Fútbol (DFB) ha denunciado el pasado viernes a la leyenda del fútbol, Franz Beckenbauer, por el escándalo en la adjudicación de la sede del pasado Mundial 2006. De igual manera, se presentaron demandas contra dos expresidentes del máximo organismo del balompié alemán (Theo Zwanziger, y Wolfgang Niersbach), la FIFA y el ejecutor testamentario del difunto patrón de la firma deportiva Adidas, Robert Louis-Dreyfus, todos relacionados con las mismas acciones ilícitas.
«La DFB ha tomado medidas para evitar una prescripción» que impediría una eventual demanda de indemnizaciones por parte de la federación, explicó la DFB en un comunicado difundido por la agencia de deportes SID, filial alemana de la AFP.
La federación alemana podría reclamar los misteriosos 6,7 millones de euros pagados a la FIFA y que podrían haber servido para garantizarse la atribución de la Copa del Mundo 2006.
Este disputa ya costó el puesto en noviembre al presidente de la DFB, Wolfgang Niersbach, una de las personas citadas en el recurso presentado por el organismo, al lado de Beckenbauer, que presidía el Comité de Organización de aquel Mundial.
De acuerdo con Niersbach, los 6,7 millones de euros fueron pagados a la FIFA en 2002 con la intermediación del patrón de Adidas entonces, Robert Louis-Dreyfus, fallecido en 2009, para asegurar esa subvención y según Beckenbauer, también sirvió para recibir una subvención de la FIFA de 170 millones de euros.
Asimismo, La DFB ha encargado a la firma de abogados, Freshfields Bruckhaus Deringer, una investigación interna sobre las acusaciones de soborno; en respuesta a las inculpaciones publicadas por el semanario alemán Der Spiegel, en octubre del año pasado.
Ese mismo medio ha afirmado que los oferentes alemanes utilizaron un fondo para sobornos con el propósito de comprar cuatro votos de asociaciones de fútbol asiáticas, una declaración posteriormente repetida por Zwanziger.
Finalmente, La FIFA negó estas informaciones y Beckenbauer admitió «un error», aunque no hubo «compra de votos».