Borussia Dortmund busca superar su crisis
El equipo negriamarillo ha tenido una de las peores campañas de la última década con la sensación de ir sin rumbo durante gran parte de la misma. Con la misión de entrar en la Champions League en estas últimas cuatro jornadas, repasaremos cómo ha ido el curso y lo que ha ocurrido para que los del Westfalenstadion estén en la situación actual.
La temporada comenzó con la incertidumbre del papel de un Peter Bosz que tenía experiencia en varios clubes pero que únicamente había logrado llegar a la final de Europa League con el Ajax como hito destacado. El principio de temporada fue muy positivo, peleando la Supercopa ante el Bayern hasta alcanzar los penaltis y 6 victorias y 1 empate en los primeros 7 encuentros de Bundesliga. Esa victoria en la séptima jornada marcó un antes y un después. El triunfo en Augsburgo llegó con un juego gris, sin la vistosidad de las jornadas anteriores, con poca movilidad y una defensa poco segura.
En la Liga de Campeones se habían sucedido dos derrotas, una ante Tottenham y otra frente a Real Madrid. Los londinenses pasaban por un momento delicioso y los merengues, pese a estar lejos de su mejor estado de forma, siempre son un equipo peligroso, por lo que no puntuar en dichos encuentros tampoco alarmaba especialmente a los aficionados, jugadores ni al mismo técnico.
La derrota en casa frente al Leipzig, seguida del empate en Nicosia ante el APOEL, comenzaron a dejar malas sensaciones, especialmente el hecho de no poder ganar al equipo chipriota y de jugar sin tener claro el estilo en el que hacerlo. El equipo no volvió a ganar con el holandés en el banquillo desde la cita en tierras bávaras, con 3 empates y 5 derrotas en Bundesliga, además de terminar empatado a puntos con el club mencionado anteriormente en Champions. No pudieron competir ante un equipo de menor entidad, pero se clasificaron para los dieciseisavos de Europa League por haber tenido un mejor goal average (-6 contra -15).
La pésima imagen que daba el club se confirmó en el Revierderby de la primera vuelta, donde el Dortmund ganaba 4-0 al descanso después de que le entrasen prácticamente todas las oportunidades que tuvo. La incapacidad para cerrar los partidos que venía desde aquella victoria en Augsburgo volvió a hacer acto de presencia, significando un 4-4 final que podría haber terminado en victoria para un Schalke 04 que jamás olvidará el partido. Aquello no fue un detonante para despedir a Bosz, pero si que lo sería la derrota en casa ante Werder Bremen (1-2).
El club optó por cesar al holandés y encontró una solución de urgencia en Peter Stöger, cambiando totalmente de estilo de entrenador. La presión alta y la defensa adelantada dieron paso a la acumulación de hombres atrás y los contragolpes, algo que pese a no ser demasiado brillante comenzó a dar resultados. El austríaco debutó en Magúncia, donde el equipo ganó después de prácticamente dos meses y medio sin hacerlo. Alcanzaría las 7 victorias y 5 empates en sus 12 primeros encuentros, pero planteó un partido demasiado conservador en la visita al Allianz Arena, cayendo con un abultado 6-0. Aquél día se confirmó que el ex del Colonia no era un entrenador para atreverse a hacer cosas grandes en Dortmund.
Desde entonces, al club se le ha pasado el efecto aspirina. En varios encuentros mejoró en la faceta defensiva, pero ha perdido presencia en ataque, quitando únicamente la segunda parte ante Stuttgart. En el derbi de la cuenca del Ruhr, esta vez en Gelsenkirchen, de nuevo dio mala imagen ante el Schalke, perdiendo 2-0 pero con la sensación de poder haber sufrido otra derrota contundente.
Todo parecía que la historia, casi de pesadilla, iba a seguir para los aficionados negriamarillos en este fin de semana. BVB se enfrentaba a Leverkusen, un partido clave para la clasificación a Champions League y, cortando la racha negativa en partidos cruciales, se impuso con un contundente 4:0. No solo el resultado es esperanzador si no que la forma le da una cuota de esperanza para un club que sufrió esta temporada como ninguno.
Poder disputar la máxima competición continental sería un atractivo tanto para fichar como para retener jugadores, dado que si hay nuevo entrenador seguro que hay cambios en la plantilla. Por el momento, se sabe que Stöger no está descartado por la directiva, y que han sonado opciones como Julian Nagelsmann (Hoffenheim), que es el favorito de la directiva pese a haber confirmado que seguirá en Sinsheim, Lucien Favre (Niza) y Marco Rose (Salzburg).
El anuncio del técnico del próximo curso será vital para imaginar cuál será el estilo del nuevo Dortmund, que sufrirá de lo lindo para mantener a parte de los jugadores importantes. Los últimos en sonar para salir son Julian Weigl y Raphaël Guerreiro, que podrían interesar al Paris Saint Germain si Thomas Tuchel, que tan bien supo explotarlos en el club, termina llegando a la entidad parisina. También podría marcharse Sokratis Papastathopoulos, seducido por la Juventus y habrá que ver si Michy Batshuayi consigue convencer al Chelsea de que quiere vestir de amarillo.
No son los únicos que suenan para salir. De hecho, según el diario Kicker, la lista incluye también a Gonzalo Castro, Erik Durm, Alexander Isak, Sebastian Rode, Dan-Axel Zagadou, Nuri Sahin, Marcel Schmelzer, André Schürrle y Jeremy Toljan. Un total de 11 nombres que uno de los rotativos más fiables de Alemania dentro del género deportivo no sitúa en el club con total seguridad. Todavía no se habla de las altas que podría tener el equipo del Ruhr pero si tenemos la certeza de que Sebastian Kehl ya es parte del nuevo consejo deportivo por lo que será clave para la busca del nuevo entrenador para próxima temporada y, junto a este, Hans-Joachim Watzke y Michael Zorc evaluaran quiénes se marcharán y qué futbolistas llegarán para tratar de devolver al club la competitividad que tuvo con Jürgen Klopp.