
Union Berlin: Más que 3 puntos y cambio de chip
Es difícil gestionar una pelea por la permanencia después de haber estado disfrutando de las mieles de la Champions League hace apenas un mes pero el Union Berlin ha sido capaz de hacer ese cambio de chip y ponerse el mono de obrero de la herrería (como sus antepasados) para pelear cada balón y luchar por cada saque de banda, sacando adelante partidos duros y poco vistosos como el de hoy. 3 puntos que valen oro (o hierro) para seguir muy vivos en la Bundesliga.
El factor Hollerbach cambia el chip de Union Berlin
El Union volvía a casa después de más de un mes sin partidos oficiales sabiendo que había mucho en juego. Pero con la carga de la polémica de la última semana por la expulsión de Bjelica. Los Eisernen fueron liderados por Jumic en el banquillo y con el inestimable apoyo de Marie-Louise Eta como portavoz, aislados del ruido exterior.
En un partido donde había mucho respeto y los dos equipos sabían que todo se podía decidir en un detalle, ambos salieron precavidos. Union tuvo las primeras ocasiones con llegadas de Behrens y un Hollerbach muy activo, que ratificaba que la apuesta de Bjelica en él había sido un acierto. Los primeros 45 minutos terminaron sin goles pero la afición estaba entregada porque sabían de la importancia de la victoria. Además de ello se sumaron mensajes para el aniversario del club del pasado 20 de enero y el mensaje para la afición del Hertha tras el fallecimiento de Berstein.
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Una segunda parte donde llegó la felicidad
La segunda parte volvió a ser una batalla en el centro del campo con pocas ocasiones pero con un Union que daba un paso más adelante en busca de la victoria. Y esta llegó en una jugada donde pilló a contrapié a la defensa del Darmstadt. El pase a Hollerbach fue definitivo y el ex del Wehen Wiesbaden, uno de los jugadores más activos desde la llegada de Bjelica, aumentó su leyenda para poner al equipo por delante. Y así hizo explotar a un An der Alten Försterei que necesitaba rebajar el sufrimiento. Quedaban unos 20 minutos pero el Darmstadt se sentía impotente.
Sus pocas llegadas fueron frenadas por un Rönnow recién renovado que en cada actuación era ovacionado por la grada. 3 puntos que saben a 6 y que alejan a los Eisernen de la zona peligrosa. Queda mucho pero hoy es un día para sonreir en el Este de Berlín