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Wolfsburg, de los aplausos a las críticas en un mes

Wolfsburg, de los aplausos a las críticas en un mes

Tras un inicio de campaña donde VfL Wolfsburg estaba dando una grata sorpresa en la zona alta en la Bundesliga, llegando incluso a compartir el liderato con Borussia Mönchengladbach, en tan sólo un mes Los Lobos se han desinflado por completo. Una crisis de juego, lesiones y resultados que no ha tardado en levantar críticas sobre la figura de su técnico Oliver Glasner.

Las lesiones y la necesidad de rotar pasan factura

Tener que disputar tres competiciones es un desafío para cualquier equipo y más para un club alemán dada la gran competitividad interna de la Bundesliga en las zonas europeas de la tabla, una pugna que se ha masificado más si cabe durante la presente campaña. Se tiene que tener una plantilla extensa y muy compensada para poder hacer frente a todos los frentes, algo que El Wolfsburg creía que tenía en agosto pero cuando han llegado las lesiones se ha terminado demostrando lo contrario.

Por la enfermería han pasado cuatro jugadores que son asiduos al once titular como Koen Casteels, Xaver Schlager, John Anthony Brooks y Admir Mehmedi, a los que se suma un Daniel Ginczek que ya llevaba meses arrastrando una lesión en la espalda. Esto ha derivado a que en muchas ocasiones se haya tenido que recurrir a muchos parches, con jugadores situados fuera de sus posiciones naturales y sin poder dar todo su potencial. Y por si fuera poco, Oliver Glasner no está sabiendo gestionar como debiera las rotaciones, con piezas como Jerôme Roussillon que no están rindiendo como la temporada pasada por la acumulación de minutos. Además, aquellos que entraron forzosamente en el once titular como Jeffrey Bruma o Feliz Klaus han experimentado una gran caída en su nivel en tan sólo varias jornadas.

Un estancamiento en la idea de juego

Si ya se advertía en primera instancia que ver a Los Lobos en las posiciones punteras era un fenómeno artificial al haberse enfrentado durante las jornadas iniciales contra los equipos de la zona baja de la tabla, partidos como el de Dortmund reflejaron a la perfección que no debían estar tan arriba. Ya se empezaba a ver un pequeño estancamiento en la idea de juego en ese buen arranque, con un juego demasiado previsible con los carriles e inconexo con el mediocampo, que se tapaba con las grandes actuaciones de Wout Weghorst y Josip Brekalo. Pero dos jugadores no pueden estabilizar a un equipo entero y menos en partidos de gran exigencia.

Si algo parece claro es que el 3-4-3 va a seguir siendo inamovible. Únicamente ha habido una variación a 3-5-2 que se vio en el primer tiempo del último partido frente al Gent, retrasando a Brekalo a la zona de elaboración. Dio buenos resultados en cuanto a juego pero no se ha vuelto a ver, apostando siempre con una línea de tres arriba. Y, por si fuera poco, los rivales ya han aprendido por dónde hacer daño, explotando los huecos generados entre el defensa central y el situado a su derecha cuando este último, que suele ser Knoche, no baja con suficiente rapidez.

Numeros desastrosos y el calendario no acompaña

Donde más se evidencia el mal estado de forma de VfL Wolfsburg entre los dos parones internacionales recientes es en las estadísticas. En siete partidos ha tenido tres empates y cuatro derrotas, ha anotado cinco goles y ha recibido 17. Los Lobos fueron apeados de Pokal por un 0:6 ante RB Leipzig, han pasado de liderar su grupo en Europa League de manera cómoda a ver cómo el Gent les adelantaba a toda velocidad, y han caído a la décima posición en Bundesliga. Llevan más de mes y medio sin ganar un partido, cuando antes podían presumir de ser uno de los pocos equipos en Europa que estaban imbatidos en todas las competiciones.

El calendario que les espera de aquí a final de año no va a ser más plácido que el que han tenido en el último mes. Esta jornada se enfrentan a SG Eintracht Frankfurt fuera de casa y también tendrán que visitar a SC Freiburg y FC Bayern München, además de recibir a SV Werder Bremen y FC Schalke 04. Y por si fuera poco, la clasificación a los dieciseisavos de final de Europa League la tienen que certificar en las dos últimas fechas de la fase de grupos, donde tendrán que viajar a Ucrania para enfrentarse al Oleksandria y ser el anfitrión del Saint-Étienne en la última jornada.

Oliver Glasner tiene una gran papeleta en estos momentos. Si los resultados no remontan para volver a lo que se esperan en la Baja Sajonia, las críticas que empiezan a aflorar hacia él se multiplicarán y tendrán toda la razón del mundo. Bien se sabe que el banquillo del Wolfsburg es volátil como ningún otro y que, si se desprendieron de un entrenador que cumplió su papel con creces como Labbadia, no temblará el pulso para desprenderse de otro que no está dando con la tecla, aunque ahora mismo tengan confianza ciega en él.

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