TOP

Aficionados y ultras: el motor de la Bundesliga

Aficionados y ultras: el motor de la Bundesliga

En Latinoamérica le conocen como “barras bravas”, en Europa como ultras, a aquellos grupos organizados con el fin de seguir y apoyar equipos de fútbol, conformados por afinidades ideológicas, localización geográfica, edad o intereses. Banderas, estandartes, bufandas y un repertorio de cánticos a favor de los colores; más allá de la simplicidad que aparentan hay historias de alianzas y rivalidades, propósitos por los que luchar, aunque a veces se traduzca en violencia.

Todo inició en Italia por la década de los sesenta y fue extendiéndose hasta países como Alemania que con el tiempo, se ha ido transformando en epicentro de grandes aficiones, como el Muro Amarillo del Dortmund. Para aquel entonces los fanáticos se reunían en un punto determinado y animaban el encuentro. La popularidad dio paso a la creación de asociaciones de fanáticos, que progresivamente se desplazaron a las curvas de los recintos e incorporaron canciones y banderas, copiadas del modelo italiano y francés. Establecidos los grupos, surgen los primeros incidentes entre aficiones por rivalidades geográficas.

Se mantendría así hasta años después cuando en Inglaterra explotaran los hooligans, un brazo más radical y violento que seguían ideologías políticas, en su mayoría de extrema derecha, y originaron las represiones policiales y la desvinculación de las asociaciones de fanáticos ya establecidas. Los hooligans también se organizaron por conveniencia, influenciando en el este de Alemania los actos vandálicos.

En los noventa, disminuye su presencia y comienza a crecer el movimiento ultra como actualmente se conoce, se expande en todas las regiones del país y divisiones, copiando el modelo exterior de organización y coreografías. Posteriormente comenzaría la división en pequeños grupos pero reunidos bajo la curva y ante los hostigamientos policiales, las organizaciones que defienden los intereses del aficionado.

Muchos de estos subgrupos, además de la misión de defender y animar a los suyos, tienen motivaciones y directrices ideológicas, inmersas en política o temas sociales. Los Schickeria München, el ala radical del Bayern Múnich, son reconocidos por ir en contra de la discriminación y corrupción del deporte. Dentro de sus valores e identidad, como afirman en su portal web, está la lucha contra el mercantilismo, el racismo y fascismo.

“Ante todo somos ultras, no aficionados que compran una entrada y son otra persona los 90 minutos luego”.

Ultras radicales del Bayern Múnich. Imagen: holmesdale.proboards.com

Ultras radicales del Bayern Múnich. Imagen: holmesdale.proboards.com

Otra de las aficiones insignes por sus ideales se encuentra en la Ostkurve del Weserstadion, los ultras del Werder Bremen, que rechazan la extrema derecha, el nazismo y la xenofobia. O los hinchas del St Pauli, líderes contra cualquier tipo de segregación. Así, cada afición está asociada a diferentes lineamientos, e incluyen dentro de sus murales sus simbologías, en algunos casos prohibidas como las esvásticas.

Tal fue y es la popularidad y el crecimiento de las barras, que Alemania es el único país al cual la UEFA le permite mantener partidos como local con tribunas sin asientos, la excepción de la medida aprobada en 1993, que permite ingresar más personas dentro de los estadios y preservar la cultura del aficionado que anima de pie, produciéndose fenómenos como la tribuna sur del Westfalenstadion, la hinchada más grande del mundo, con capacidad de 24.454 personas en ese sector, y una asistencia media de 80.000 por partido en tres temporadas consecutivas.

La gerencia del fútbol alemán, de entradas económicas, buenos horarios, estadios modernos, facilidad de transporte y estabilidad financiera, atrae cada temporada más aficionados. Actualmente la Bundesliga tiene la mejor media de todas las ligas europeas en asistencia por partido (43.500 asistentes) y ocupación de los estadios (92%). Incluso, en 2015 el fútbol amateur germano registró el mayor número de socios en su historia, mientras que clubes como Bayern Múnich y Borussia Dortmund siguen en la lista de equipos con más socios en el mundo.

Asistencias por partido:

 Bayern Múnich 71.000 – 100% de ocupación

Schalke 61.569 – 100% ocupación

Borussia Moenchengladbach 52.239 – 97% ocupación

Hertha Berlin 51.889 – 70% ocupación

Hamburger SV    51.825 – 98% ocupación

 La cantidad de aficionados y ultras junto a las rivalidades forjadas, demandan cada vez más seguridad en los partidos, ya que como era de esperarse, con el paso del tiempo se duplicaron los disturbios, amenazas y heridos. En Alemania desde 1992 existe una base de datos que registra a aquellos que han ocasionado violencia en los estadios, además de aplicar la vigilancia por cámara.

En la grada sur se erigen y consagran los ídolos y figuras de los clubes. Se siguen tradiciones y se levanta un vínculo envidiable entre fanáticos y jugadores a tal punto que los futbolistas se acercan a las tribunas luego de los partidos y entonan los cantos. En la fiesta de la grada se bebe cerveza y se come salchicha, se canta, baila y brinca. Se manifiestan a través de pancartas las insatisfacciones así como son capaces de organizar boicots. Lo que se originó a finales de los sesenta como el interés por un pasatiempo es ahora una insigne premisa: sin fans, no hay fiesta.

Estudiante de Comunicación Social. Piloto de avión en la otra vida, futura periodista deportiva en esta. Twitter: @mariangel_ferre

Publicar un comentario