RB Leipzig podría quedarse fuera de la Champions League
Tras una histórica actuación en su primera temporada en la máxima categoría del fútbol alemán, el RB Leipzig selló el pasado sábado su clasificación directa a la próxima fase de grupos de la UEFA Champions League. La goleada en Berlín, por 1-4 ante el Hertha BSC, confirmó que el Leipzig, recién ascendido, terminará al menos entre los tres primeros clasificados de la 1.Bundesliga esta campaña.
Un hito histórico para el club fundado en 2009, tras la compra por 350.000 euros de la plaza ocupada en Oberliga (5ª división) por el SVV Markanstädt. Desde ahí, y tras cuatro ascensos en seis temporadas, el RB Leipzig cierra un histórico capítulo que, a priori, debería situarlo en el sorteo de la fase de grupos que, como cada año, organiza la UEFA en el próximo mes de agosto.
Es en este punto donde comienza una nueva batalla que deberán librar los directivos del club. ¿El problema? El auténtico origen de aquella compra realizada en 2009, y todos los movimientos dados desde entonces. ¿El conflicto? Que el verdadero motor del club, la multinacional de bebidas energéticas Red Bull, ya controla al Red Bull Salzburg austriaco, quien también competirá en la próxima fase de grupos de la Champions League, algo en contra de los estatutos de la competición.
Red Bull como epicentro
Cuando en abril de 2005 Dietrich Mateschitz oficializó la compra del Sportverein Austria Salzburg, Leipzig era todavía un destino sin interés comercial alguno para el proyecto deportivo de Red Bull en Europa. Un mes antes de finiquitar su compra en Austria, Mateschitz había sellado la adquisición del Metrostars neoyorquino, que pasaría a denominarse Red Bulls New York.
Para entonces, el magnate de Red Bull era la tercera mayor fortuna de Austria, y su idea de expandir su marca al mundo del fútbol era vista como otro capricho más de un millonario sin mejores entretenimientos. Pero no estaba sólo. Aquel Red Bull Salzburg de 2006 estaba entrenador por Lothar Matthäus, con Giovanni Trapatonni como Director Deportivo; y nada menos que Franz Beckenbauer como asesor del club transalpino.
Fue precisamente Beckenbauer quien, años más tarde, sugirió a Mateschitz que dirigiera su mirada al fútbol alemán, en especial a la antigua Alemania Oriental. Leipzig sería la ciudad escogida por Matechitz, quien fracasó en sus negociaciones con el modesto Sachsen Leipzig (desaparecido en 2011), St. Pauli, 1860 Múnich y Fortuna Düsseldorf.
Finalmente, y por ordenanza de la DFB (Federación Alemana de Fútbol) el recién adquirido RB Leipzig debía llamarse RasenBallsport Leipzig, pues ningún club del país puede llevar en su nombre oficial marca comercial alguna. Esta misma consideración, ejercida en este caso por la UEFA, es la que obliga al Red Bull Salzburg a denominarse FC Salzburg en competiciones europeas.
¿Qué dice la UEFA?
En sus estatutos de la UEFA Champions League, especialmente en los puntos III y IV del artículo 5, que trata la «Integridad de la competición», se regula que:
«III. Ningún club que participe en una competición de clubes UEFA puede, directa o indirectamente, estar implicado en ninguna capacidad, sea de dirección, administración y/o funcionamiento deportivo de ningún otro club participante en una competición UEFA, o»
«IV. Tener poder alguno, sea en la dirección, administración y/o funcionamiento deportivo de ningún otro club participante en una competición UEFA.»
A partir de esto, Red Bull, como actor financiero de ambas entidades debería elegir, según los requerimientos de la UEFA (recogidos en su artículo 5.02 de los estatutos de la Liga de Campeones) cuál de los dos clubes accederían a la competición continental. Según el proceso, la competición la disputaría el equipo que mejor clasificado esté en su competición doméstica, siendo en este caso el Red Bull Salzburg, líder en la Bundesliga austriaca.
Pero, ¿cuál es el nexo exacto entre el RB Leipzig y el Red Bull Salzburg? Desde la fundación del club en 2009, trece jugadores han pasado de las filas del Salzburg hasta el Leipzig. En el sentido inverso, cinco jugadores han pasado del Leipzig al Salzburg en las últimas siete temporadas.
Pero esto no podría entenderse si no se viera a estos dos clubes, así como al NY Red Bull y las academias de Brasil y Ghana (fusionada en 2014 con la academia africana del Feyenoord Rotterdam en el país) como una única red. En esta nube, el francés Gérard Houllier opera como Director Deportivo global, moviendo los hilos de cada una de las instituciones.
En el caso de Europa, Ralf Rangnick, Director Deportivo del RB Leipzig y ex Director Deportivo del Red Bull Salzburg, opera como el principal nexo entre ambos equipos.
«Salzburg es una granja de pruebas para el Leipzig. Ambos operan claramente bajo un mismo techo», opina Andreas Müller, ex Director Deportivo del treinta y dos veces campeón de Austria, el Rapid Wien, en una entrevista para la cadena germana WDR.
«El club ha estado trabajando intensamente en los últimos meses para completar todos los requisitos, así que no estoy para nada preocupado», aseguraba el pasado sábado Rangnick en una entrevista al canal ZDF. Y su defensa es cierta. En 2012 Rangnick era Director Deportivo de las dos sedes futbolísticas de Red Bull en Europa. Sin embargo, en 2015 dejó su cargo en Austria, presumiblemente para evitar un conflicto de compatibilidad con el cargo también ejercido en Leipzig.
De igual forma, hace apenas unas semanas se dio a conocer que el CEO del RB Leipzig, Oliver Mintzlaff, abandonaba su cargo de Director de Fútbol de Red Bull, conscientes desde la cúpula deportiva que, tarde o temprano, el conflicto llegaría.
¿Qué decisión tomará la UEFA?
Según asegura el Dr. Thomas Dehesselles a WDR, la UEFA no estaría dispuesta a poner en riesgo la integridad de la Champions League o la Europa League. «Son competiciones inmensamente importantes», asegura el jurista deportivo. Para él, la presencia de ambos clubes en la próxima edición de la máxima competición continental sería «un desastre en la aplicación de la justicia deportiva«.
Se trata de una decisión que podría sentar un precedente. Primero, porque se pone en riesgo la credibilidad de unos estatutos deportivos, por cuyo respeto tanto se ha luchado desde los organismos europeos y nacionales.
Y segundo, porque ante la creciente mercantilización del fútbol, la entrada de dos equipos pertenecientes a la misma empresa a una competición europea, con la visibilidad y oportunidades comerciales que esto conlleva, podría derivar en una apertura de puertas a más entidades mercantiles interesadas su incorporación al mundo del fútbol.
Josean
Sería una vergüenza , con la de trampas que hay ya con el Madrid, Barcelona, agentes tipo Mendes…pero que se puede esperar de una organización madiosa tipo UEFA.