
Hansi Flick y cómo revivir a Alemania en 5 partidos
Un cambio en el banquillo no solo ha hecho revivir a Alemania, sino que ahora es digna de considerar de cara a Qatar 2022.
El punto de quiebre
Un gol de Eljif Elmas, al minuto 85 de un partido en Duisburgo el último día del mes de marzo 2021, sería el punto de quiebre final para la relación de Alemania con Joachim Löw. La Mannschaft perdía un invicto en las Eliminatorias Mundialistas de 34 partidos y que se remontaba hasta el infame 1:5 encajado en Múnich ante Inglaterra… hace 20 años, en el 2001.
Desde ese día el ya cuestionado ciclo de Löw no le fue permitida una última oportunidad. Sonará como poco, perder un partido de 35 disputados, pero era el reflejo y el símbolo de una era que culminaba con una versión dismórfica de aquella campeona del mundo que sumía en crisis a Brasil siete años atrás.
El retorno de un viejo conocido para revivir a Alemania
Quien asumiría sería un viejo conocido, Hansi Flick, presente en el elenco de entrenadores que alzaría la cuarta Copa del Mundo de Alemania. Y los resultados fueron inmediatos. Nada más Rumania fue capaz de anotarle a una Alemania que ha sido capaz de cantar un gol 18 veces durante el quinteto de partidos dirigidos por el exentrenador del Bayern München.
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Al margen de la importancia de revitalizar el banquillo con nuevas ideas y una perspectiva moldeada por los últimos cuatro años, desde su salida de la Federación Alemana de Fútbol, Flick aportó un bien esencial que bajo Löw se había perdido: La importancia de gestionar el plantel de seleccionados.
Es cierto que el grupo de las Eliminatorias Mundialistas no es necesariamente el barómetro más preciso para medir el progreso de esta nueva Alemania. También lo es que las carencias germanas no pasaban necesariamente por una falta de resultados, sino de actuaciones que convencieran.
Una Euro 2020 con una victoria en 4 partidos, una Nations League en la que se perdía la categoría, amistosos con partidos lamentables. Era más la incertidumbre del qué vendría para los teutones más adelante, que la certeza de cómo salir de un preocupante descenso en la calidad.
Un libreto conocido
El manejo de una situación preocupante en la Mannschaft asemejaba una similar a la del Bayern que asumía Flick, en la que no solo se había perdido el protagonismo a mano de malos resultados con Niko Kovac, sino que los problemas de fondo del equipo serían un obstáculo más para que lo deportivo se resolviera.
El secreto de su gestión yace en cómo diseñar un estilo y estrategia que mejor se adapte a los jugadores disponibles, considerando las ventajas y desventajas de cada pieza intercambiable en esa oncena a jugar. Cada pique, pase, combinación, es sopesado con los piques, pases y combinaciones posibles de realizar con otro futbolista de un perfil similar.
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La franqueza con la que se manejan los términos ha permitido que repartir minutos, convocar a exconvocados, probar con juveniles y rotar a como dé lugar, sean viables sin que reciban mayor cuestionamiento de sus dirigidos. Cada uno sabe que juega un papel importante en este resurgir de la Mannschaft; que por algo es que se les convoca.
Alemania, revivir y jugar en serio
A pesar de tener explicaciones de sobra, no hay manera de restarle mérito a una gesta como la que se perfila bajo Flick. Ni un grupo accesible, ni un plantel nacional de los más cotizados del planeta, pueden explicar un vuelco anímico, deportivo y competitivo de esta Alemania, actualmente 15 en el Ranking Mundial FIFA.
Las herramientas a su disposición son las mismas que tenía Löw, lo que invariablemente apunta hacia el mérito de optimizar lo que con ello se puede alcanzar. Donde habían dudas ahora hay certezas, y los ajustes hechos en el camino le permiten a Alemania resurgir luego de cuatro años de inconsistencias.
Con Flick se juega en serio.