La selección Alemania de Löw entre caprichos y bajos niveles
Con una victoria en tres partidos jugados, la selección Alemania, dirigida por Joachim Löw se retira dejando un sabor amargo del parón de selecciones. La buena noticia es que el equipo ha vuelto a ganar después de 10 meses, sin embargo, la sensación, en líneas generales, es mala.
Una sensación que se repitió durante todo el año y que no se revierte en los cambios en la nómina de convocados. Esto se debe a que el pésimo nivel colectivo que tiene el equipo no mejora y la preocupación empieza a crecer de cara a la Eurocopa 2021.
Trabajar sin un esquema definido en defensa
Sin dudas, el tema que más se le discute al entrenador alemán es el constante cambio de esquema. Ante Turquía, la línea de cuatro defensores fue la elegida. Contra Ucrania, se volvió a los tres del fondo. Y, finalmente, frente a Suiza retornó, nuevamente, a los cuatro defensores.
Es cierto que hay algunos entrenadores que trabajan sobre estos cambios dependiendo el rival, pero lo cierto está en que ninguno de estos ha dado resultado. La defensa sigue siendo muy débil y el ataque, pese a que es lo mejor del equipo, por momentos, pasa por poca creatividad y cae en la previsibilidad.
Por sus declaraciones, el deseo de Löw es que la selección Alemania juegue con línea de tres defensores en el fondo, no obstante los pocos resultados que le dio ese esquema provocan que vuelva a los tradicionales cuatro. En otras palabras, pareciera que no está convencido de su idea inicial, si es que ante el primer o el segundo tropezón, decide cambiar todo.
Jugadores que no son aprovechados
La otra cuestión que se puede ver es la rotación en los puestos de los jugadores. La mayoría de estos, en primer lugar, no juegan en la misma posición que en sus equipos, y, en segundo lugar, el constante cambio de esquema hace que se pierdan en sus roles.
Así vimos a Leon Goretzka jugando de mediocentro ofensivo cuando él, habitualmente, lo hace como acompañante de Joshua Kimmich en la mitad de la cancha. También a Kai Havertz jugar como puntero derecho cuando su mejor nivel lo ha demostrado, estando por detrás de un centrodelantero. Como si ello no fuera poco, también se le ha inventado posiciones a jugadores como Serge Gnabry que ante Ucrania jugó de centrodelantero o Emre Can que se lo ha puesto a cubrir el lateral derecho.
Como lo han dicho la mayoría de entrenadores de seleccionados, el trabajo en cuanto al tiempo es poco. Ante esto, no hay mucho margen de cambios como para adaptar a jugadores a puestos de los cuales desconocen o no están acostumbrados a ocuparlos.
Bajos niveles individuales
A todo lo que ya se nombró, se le suma algunos niveles individuales que hasta el momento no han estado a la altura de la exigencia del seleccionado alemán. Los que más destacan en esta área son los defensores que en tres partidos han recibido siete goles.
El también especialista en balompié germano, Ezequiel Daray le ha dedicado algunas palabras tras el empate 3:3 frente a Suiza por la Liga de las Naciones.
La mayoría de los criticos coinciden en que esto no es casualidad. El caso de Antonio Rüdiger es un ejemplo debido a que ya ni siquiera es titular en Chelsea FC y es lógico que su nivel no sea el mejor. La misma suerte corre Julian Draxler en Paris Saint-Germain. Si dos de tus jugadores que son claves para tu planificación no están teniendo minutos, es probable que su rendimiento no sea el mejor.
Y en el caso de contar con minutos, los cambios de esquema y de posiciones que hace Löw en la selección Alemania, terminan sepultando el buen nivel que tienen. En este caso, lo hecho por Kimmich nos lo deja claro. Uno de los mejores jugadores de Europa que no logra mostrar el mismo nivel que en FC Bayern München.
La falta de referentes
Hace más de un año, todo el mundo le daba la razón a Joachim Löw cuando decidió dejar fuera de la selección a jugadores como Mats Hummels y Thomas Müller, por citar algunos. Los únicos jugadores consagrados en Brasil 2014 que quedaron son Manuel Neuer y Toni Kroos y eso se denota en cada partido.
La falta de liderazgo que tiene está selección pocas veces se vio en su historia. El tiempo de los Franz Beckenbauer, Lothar Matthäus o Andreas Brehme parece haber pasado. Y, en este sentido, la ausencia de Müller, más por su voz dentro del campo que por su grandísimo nivel que tiene, pesa muchísimo pero Löw sigue creyendo en su idea:
«Creo, simplemente, que el futuro pertenece a los jugadores jóvenes y que estos jugadores necesitan tiempo y espacio para desarrollarse».
El sabor que uno se llevó después del 3:3 frente a Turquía, el 1:2 contra Ucrania y el 3:3 frente a Suiza, es agridulce. Por un lado, se destaca la insistencia en el desarrollo de los jóvenes pero, por el otro, este desarrollo no viene siendo el ideal. La ausencia de victorias y la frustración a la larga se sienten. Joachim Löw tiene mucho por cambiar si no quiere que solo se lo recuerde por el Mundial de Brasil 2014.